
La segunda vuelta por la alcaldía de Miami, unas elecciones formalmente no partidistas, enfrentan a una candidata demócrata y a un republicano en una contienda marcada por la intervención del presidente Donald Trump. La votación ofrecerá una medición sobre la gestión de la Casa Blanca para un electorado de mayoría latina y una prueba de cara a las elecciones de medio término de 2026.
Por CNN
Eileen Higgins, comisionada del condado de Miami-Dade, fue la más votada en noviembre (36 %) y promete una gestión centrada en servicios y equidad, mientras que Emilio González (19,5 %), exsubsecretario del Departamento de Seguridad Nacional durante el Gobierno de George W. Bush, promete orden fiscal y atraer inversiones.
“Se supone que no es una elección de filiación partidaria, pero es el mito más grande. En el caso particular de González, es un trumpista a tal extremo que el mismo presidente lo ha endosado. No es común que un presidente se inmiscuya en asuntos tan locales”, comentó el politólogo Eduardo Gamarra, director del Foro de Opinión Pública Latina de la Universidad Internacional de Florida (FIU). También aseguró que los comités nacionales de los partidos demócrata y republicano activaron recursos para la campaña.
Cuando Trump anunció su respaldo a González, nacido en La Habana, el presidente destacó que “ha dedicado toda su vida a servir a su comunidad” por ser un “empresario exitoso, líder cívico, exdirector general del Aeropuerto Internacional de Miami, y exgerente de la ciudad de Miami y jefe administrativo de la ciudad de Miami”.
El número de votantes en noviembre creció más de 35 % con respecto a la votación de 2021, pero la cifra no llegó a los 40.000 sufragios, cerca del 20 % del total de votantes registrados. “Históricamente la participación ha sido bajísima. Esta es una elección que ha generado mucho interés”, dijo Gamarra.
Sebastián Arcos, director interino del Instituto de Investigaciones Cubanas de la FIU, explica que varios factores llevaron a un aumento de la participación. “Los partidos están viendo una elección relativamente pequeña, que en otro momento no hubiera tenido relevancia, como una manera de probar la habilidad de cerrarle el paso al otro”, señaló. Pero también tiene que ver con la coyuntura local.
En primera vuelta quedaron fuera de carrera nombres históricos de la política local, como los exalcaldes Joe Carollo y Xavier Suarez, padre del saliente Francis Suarez, impedido de otra reelección.
“Miami ha estado sujeta a una serie de escándalos públicos que involucran a políticos electos. Eso ha estado atrayendo a un mayor número de votantes, que están un poco cansados. Hay un interés público de acabar con una imagen y con una realidad de conflicto y corrupción, y un agotamiento con los nombres de siempre”, apuntó Arcos.
El enorme voto latino
El 70 % de la población en Miami es de origen latino, según datos de la Oficina del Censo de EE.UU. Entre los votantes registrados, hay una primera minoría demócrata (61.000) frente a los republicanos (53.000), así como una importante cantidad de inscritos como independientes (55.000), según datos del Departamento de Elecciones de Miami-Dade, el condado donde se ubica la ciudad.
De esta forma, el voto latino es tan grande que no puede analizarse como un monolito: hay varios subgrupos de comunidades que llegaron en distintas oleadas migratorias y en ocasiones con marcadas diferencias de prioridades.
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