“La vida es hoy y mañana tenemos un día menos”. Esa frase, dicha con convicción por Franklis José Torres Guerrero, no es un eslogan de autoayuda, es su manera de vivir. A sus 41 años, este presentador y experto en oratoria (@soyfranklistorres) ha entendido que el tiempo es el bien más valioso, y lo aprendió del modo más profundo: regalándole una nueva oportunidad de vida a un ser querido, al donar un riñón con amor, delirio y fe.
Corría el año en que Franklis tenía apenas 26 años y, mientras otros de su edad pensaban en fiestas o viajes, él y su familia atravesaban un proceso que pondría a prueba su espíritu. Aquella experiencia fue su punto de inflexión. “Donar un órgano fue el acto más claro de amor que he hecho. Desde entonces, entendí que vivir no es sólo respirar, es evolucionar”.
Esa misma fuerza lo acompañó cuando tomó la decisión más difícil: dejar Venezuela. Como tantos otros migrantes, se aferró a una maleta repleta de sueños. Llegó a Chile en 2018, sin saber qué rumbo tomar. Los primeros días fueron inciertos, hasta que escuchó una frase que lo marcó: “esta es tu oportunidad para construir tus sueños”.
Dos días después ya estaba trabajando como bodeguero. “Llenándome de grasa, entendí que tenía que demostrar de qué estaba hecho”. Después vinieron otros trabajos: en una agencia de envíos, como instructor de zumba y hasta repartiendo tequeños junto a su pareja, quien los preparaba con el mismo amor con el que él los entregaba.
Con los años, Franklis no solo ha construido una nueva vida en Chile. Ha participado en eventos de gran trayectoria, representado con orgullo su gentilicio, y es presidente del Club de Fans de Maite Delgado, una de las figuras más queridas de la televisión venezolana. “Uno de los escenarios más importantes que he pisado es el de convertirme en una mejor persona cada día”.
En #SoyVenezolano @NandaSalas nos muestra a uno de los rostros de quienes, desde distintas latitudes, siguen dejando huella.
Franklis no solo cruzó fronteras geográficas. Cruzó también las del miedo, la incertidumbre y el sacrificio. Y desde el sur del continente, alza su voz con gratitud y orgullo.
“Si hay algo que me gusta de vivir es ese abrazo de los seres queridos, un pastel de plátano… y saber que siempre podemos empezar de nuevo”.
Producción @careduescobar
Edición @rebecafloresl