
Durante más de una década en el Senado, Marco Rubio buscó la salida del líder autocrático de Venezuela, Nicolás Maduro. Ahora, como asesor de seguridad nacional del presidente Trump, Rubio finalmente tiene la oportunidad de presionar al dictador.
Rubio ha sido el principal funcionario a cargo de una agresiva campaña de la administración Trump que comenzó como una operación antinarcóticos, pero que se ha expandido a un amplio esfuerzo para usar sanciones y la amenaza de la fuerza militar para presionar a Maduro, según personas con conocimiento de las conversaciones. Si bien el objetivo principal de Trump es detener el flujo de drogas a Estados Unidos, se espera que la campaña de presión también convenza a Maduro de que ya no puede permanecer en el poder, según informaron funcionarios estadounidenses.
En los últimos meses, Rubio, hijo de inmigrantes cubanos y senador republicano por Florida de 2011 a 2025, ha estado discutiendo discretamente una postura más agresiva contra el régimen de Maduro con otros altos funcionarios de la administración, según las fuentes. Trump ha criticado a Maduro desde hace tiempo y ha encomendado a Rubio, junto con el subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, la jefa de gabinete, Susie Wiles, y la fiscal general, Pamela Bondi, la implementación de la campaña de presión, según declaró un alto funcionario de la administración.
Ha adoptado un enfoque nacional inusual para un secretario de Estado: ha alcanzado acuerdos de deportación, revocado visas por motivos ideológicos y fomentado el uso de fuerza letal contra «narcoterroristas» a quienes acusa de librar una guerra contra los estadounidenses.
«El presidente es quien impulsa y determina nuestra política exterior», declaró el portavoz del Departamento de Estado, Tommy Pigott. «Es responsabilidad del gabinete implementarla. El secretario Rubio se siente honrado de formar parte del equipo del presidente».
Estados Unidos ha intensificado los ataques letales contra presuntos narcotraficantes en el Caribe en las últimas semanas y ha desplegado bombarderos B-52 con capacidad nuclear frente a las costas de Venezuela. Los bombarderos realizan vuelos de entrenamiento como parte de un ejercicio continuo, pero también recopilan información de inteligencia y sirven como demostración de fuerza, según otro funcionario estadounidense.
La campaña de presión contra Maduro está en el centro de un «diagrama de Venn de interés» entre los principales lugartenientes de Trump, según una de las fuentes. Wiles y Bondi son de Florida, donde el sentimiento anti-Maduro es fuerte entre los republicanos. En agosto, Bondi duplicó la recompensa estadounidense por Maduro a 50 millones de dólares, acusándolo de colaborar con organizaciones criminales como el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa.
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