Canciller de Colombia aseveró que siguen sin reconocer resultados electorales del 28 de julio en Venezuela
22 Oct 2025, 01:43 8 minutos de lectura

Canciller de Colombia aseveró que siguen sin reconocer resultados electorales del 28 de julio en Venezuela

Por La Patilla

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Rosa Villavicencio, en Bogotá, el 21 de octubre.
Foto: NATHALIA ANGARITA

 

Con apenas tres meses en el cargo, Rosa Yolanda Villavicencio (Bogotá, 63 años), la cuarta canciller de Gustavo Petro, afronta una crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos, por mucho su principal socio comercial y militar. El presidente Donald Trump acusó sin pruebas este fin de semana a su homólogo colombiano de ser “un líder del narcotráfico que incentiva la producción masiva de drogas”, anunció el cese de los subsidios al país sudamericano y aseguró que se proponía imponerle aranceles. “El problema es con Trump, no con los Estados Unidos”, respondió Petro. La actividad diplomática para calmar los ánimos ha sido intensa. Bogotá llamó a consultas a su embajador en Washington, Daniel García-Peña, y Petro se reunió con el embajador encargado de Estados Unidos. La canciller Villavicencio, en una entrevista concedida a EL PAÍS este martes en el Palacio de San Carlos, se muestra optimista en que Colombia esquive, una vez más, una indeseada guerra comercial. “No vamos a negar que la relación es tensa, pero, por encima de todo, están los intereses generales del país”, sostiene la ministra de Exteriores, que el mes pasado renunció a su visa estadounidense en solidaridad con el presidente colombiano.

Por: El País

Pregunta. ¿Cuál es la estrategia de la Cancillería para resolver esta crisis con Estados Unidos?

Respuesta. Lo primero fue citar al embajador en Washington, Daniel García-Peña, para una reunión que tuvimos con el presidente Petro y también con el encargado de negocios, el señor John McNamara. Tanto el representante de Estados Unidos en Colombia como el Gobierno tenemos la voluntad política de desescalar la situación. Fue inesperado ese pronunciamiento del presidente Trump. No vamos a negar que la relación es tensa por la presencia militar [estadounidense en el Caribe] y la amenaza de injerencia, pero no esperábamos unas declaraciones tan irrespetuosas, faltas de prueba, sobre el proceder y la política que el presidente, representando al Estado, ha hecho en materia de lucha contra las drogas. No obstante, por encima de todo, están los intereses generales del país: sociales, de seguridad y económicos. Por eso llamamos al encargado de negocios, quien acudió con mucha voluntad.

P. Trump dijo que si Colombia no acaba con los cultivos ilícitos, lo hará él, y que “no lo hará amablemente”. ¿Lo lee como una amenaza de intervención en territorio colombiano?

R. Sí, lo interpretamos como una amenaza. Pero también es verdad que Trump dice cosas maximalistas y al final tiene un equipo, unos asesores, y debe valorar las implicaciones de una acción. Ahora bien, nosotros, desde la razón, podemos mostrar lo contrario. Las hectáreas de hoja de coca crecen, pero en menor proporción a lo que venían aumentando. También hay una serie de programas de sustitución de cultivos. Lógicamente, es un proceso largo. El presidente Petro criticó y cuestionó la medición de la productividad potencial, donde se extrapoló un número de toneladas de cocaína que no se corresponde con la realidad. Se lo comentamos al secretario general de la ONU, António Guterres, en el marco de la Asamblea General. Ellos mandaron una carta reconociendo que hubo un error. Hay una política pública de seguridad que combina diferentes elementos para acabar con un flagelo que afecta a otros países, que hacen muy poco, en su corresponsabilidad, para reducir el consumo, ya que no la quieren legalizar.

P. ¿Cuál fue el diagnóstico que le transmitió el embajador García-Peña? ¿Cuándo regresa a Washington?

R. El embajador va a estar aquí esta semana. La situación requiere varias reuniones, varios análisis. Hay que esperar los mensajes que pueda transmitir el encargado McNamara, y los que nos envíen. Sobre todo, para atenuar la parte de los aranceles que tampoco son buenos para Estados Unidos. Afectan a nuestros empresarios, a los trabajadores que están asociados a las flores o a la producción de café, pero buena parte de lo que exportamos a Estados Unidos son productos minero-energéticos, que no tienen arancel de ninguna manera.

P. ¿Es optimista en que Colombia va a poder esquivar los aranceles?

R. Creo que sí. Es un planteamiento que se ha lanzado esperando nuestra respuesta, que siempre será usar la vía del diálogo diplomático para dirimir estas controversias.

P. ¿Quién representa a Colombia en Washington en este momento tan sensible? ¿No fue un desatino renunciar a su visa estadounidense en solidaridad con el presidente?

R. La visa diplomática nos facilita mucho viajar, pero no tenerla no quiere decir que no pueda volver [a Estados Unidos]. El Acuerdo de Sede obliga al país que tiene la sede de las Naciones Unidas a autorizar el viaje y la permanencia por el tiempo que uno necesite para la gestión. De hecho, mañana [miércoles] voy para Nueva York.

P. ¿Qué gestión hará?

R. Vamos a hablar con los países del Consejo de Seguridad de la ONU, que tienen que renovar la Misión de Verificación de la implementación de los acuerdos de paz. El mes pasado presentamos un informe y estamos a la espera de que renueven la misión por dos años más. Necesitamos que la Misión tenga una continuidad para garantizar la consolidación de los procesos.

P. ¿Colombia anticipa una intervención terrestre por parte de Estados Unidos en Venezuela o cómo interpreta las declaraciones de Trump que han rodeado el despliegue militar en el Caribe?

R. Está claro que la disputa es por el petróleo y que quien tiene las reservas es Venezuela, no es Colombia. Nosotros, para bien, no somos grandes productores de petróleo y hemos podido diversificar nuestra economía, pero Venezuela no. Esa es la disputa y esperamos que puedan negociar. Hay mediaciones que están buscando los venezolanos con Qatar y que, seguramente, llegarán a una negociación. Internamente, hay una situación compleja de cierta deslegitimización del Gobierno actual [de Nicolás Maduro], pero lo ideal es que ellos puedan llegar a acuerdos y que, como país, usen la vía democrática para hacer una transición interna, sin injerencia externa.

P. ¿Colombia reconoce los resultados de las elecciones venezolanas del año pasado?

R. Seguimos sin reconocerlos. El venezolano es un Gobierno que no ha seguido los procedimientos de una elección. Pero tenemos una realidad con muchas poblaciones en medio de la frontera; con familias binacionales y familias mixtas; con 3 millones de colombianos allí y casi 3 millones de venezolanos aquí. Por el bienestar de esas personas se mantienen ciertas relaciones como Estado, pero en la parte política abogamos por que ellos sean capaces de encontrar una salida democrática a su situación.

P. ¿Qué alcance tienen las zonas binacionales y el intercambio de inteligencia con Venezuela que ha pedido el presidente Petro?

R. Es una cooperación militar para la persecución de los grupos y las bandas internacionales delincuenciales en frontera, que se mantiene. Tenemos un pie de fuerza de más de 15.000 hombres en el Catatumbo, a raíz de la situación de desplazamiento que provocó el ELN e inicios de año. Siempre hemos estado dispuestos a la cooperación militar para la interdicción en aguas internacionales, con Estados Unidos o con Venezuela. La idea de esa colaboración es mantener unas fronteras seguras para que se persiga el crimen, y resultados ha habido. Hemos incautado miles de toneladas [de droga] gracias a la acción conjunta.

P. Edmundo González se tuvo que refugiar en España después de las elecciones, y María Corina Machado recibió la noticia del Nobel de Paz desde la clandestinidad. ¿Colombia estaría dispuesta a conceder asilo a Machado en caso de que lo solicitara?

R. Claro, si así lo pidiera, sí. El presidente Petro ha sido muy claro en la visión que tenemos de la movilidad humana y del refugio. El asilo es de cumplimiento total, apegado a las convenciones que le dieron lugar. Es uno de los estándares del derecho internacional humanitario.

Puedes leer la nota completa en El País

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