
Nicolás Maduro bailó al ritmo de la changa en su alocución del pasado viernes, mientras se toma a juego el despliegue militar ordenado por el presidente estadounidense Donald Trump en el mar Caribe.
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Luego de sus bochornosos dichos «yes peace-yes peace» y «no war-no crazy war», el vocero chavista pidió que compusieran una pieza electrónica para mover las caderas junto a los pocos simpatizantes que lo visitaron en el palacio de Miraflores.
Pese a la presión bélica de Estados Unidos, Maduro no se cortó a la hora de bailar la canción elaborada a partir de su «lenguaje tarzaneado».
«Rumba, rumba, rumba», pidió Maduro a sus oyentes por el simple hecho de ser viernes… «y el cuerpo lo sabe».
Sin embargo, no todos estaban de tan buen humor. Por ejemplo, Héctor Rodríguez se contentó con esbozar una sonrisa nerviosa, revisar su celular y quedarse de piedra, como el típico aguafiestas.

Con seguridad Maduro va a disfrutar este fin de semana, cuando además celebrará su cumpleaños por todo lo alto, aunque no en el Estadio Monumental Simón Bolívar, como había sugerido hace días.
Como regalo, el próximo lunes 24 de noviembre el Departamento de Estado declarará al Cartel de los Soles como «Organización Terrorista Extranjera» (FTO, por sus siglas en inglés), lo que parece ser un punto de inflexión sin retorno en la tensión entre la Casa Blanca y Miraflores.