
La declaración del presidente de Estados Unidos Donald Trump sobre la existencia de un “conflicto armado no internacional” contra los cárteles de la droga modifica el estatus legal de estas organizaciones y abre la puerta al uso de la fuerza militar en su contra. Bajo esta figura del Derecho Internacional Humanitario (DIH), los miembros de los cárteles pueden ser tratados como combatientes en lugar de ser perseguidos únicamente como delincuentes comunes.
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Según el Derecho Internacional Humanitario, un conflicto armado no internacional (NIAC, por sus siglas en inglés) se define como un enfrentamiento entre las fuerzas armadas de un Estado y grupos armados organizados no estatales, como guerrillas, milicias o, en este caso, cárteles. Se diferencia de un conflicto internacional, que es aquel que se da entre dos o más Estados soberanos.
En la situación actual, aunque muchos de los enfrentamientos ocurran fuera del territorio estadounidense, como en el mar Caribe o en otros países, el conflicto se clasifica como no internacional porque el adversario de Estados Unidos no es otro Estado, sino un actor no estatal.
Trump ha decidido que EEUU está en guerra con los cárteles de la droga
El principal efecto de esta designación es que legitima el uso de la fuerza militar para combatir a los carteles. Esto significa que Estados Unidos puede emplear herramientas de guerra, como drones, bombardeos u operaciones especiales, para atacar a estas organizaciones, yendo más allá de las tácticas policiales tradicionales.
Este nuevo marco jurídico implica también que los miembros de los cárteles pierden la protección que les podrían ofrecer las fronteras. El hecho de que operen desde México, Venezuela o cualquier otro país no impide que sean considerados un blanco militar legítimo por parte de las fuerzas estadounidenses.
Finalmente, la medida genera una mayor presión diplomática sobre los países de la región. Aquellos Estados que toleren o no combatan activamente la presencia de estos carteles en su territorio podrían ser acusados por Estados Unidos de dar refugio a un actor beligerante, lo que podría ocasionar tensiones en las relaciones internacionales.