
La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional de España sitúa al empresario Julio Martínez Martínez, de 58 años y natural de Elda (Alicante), como presunto «testaferro» del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y de sus hijas, Alba y Laura Rodríguez Espinosa. Según aseguran fuentes policiales a THE OBJECTIVE, la relación entre Zapatero y Martínez Martínez se inició en 2012, justo después de que el socialista abandonara La Moncloa. A partir de ese momento, ambos comenzaron a mantener un contacto frecuente que se tradujo en viajes recurrentes a Venezuela. En esos desplazamientos, según las mismas fuentes, el empresario habría cerrado determinados negocios con el respaldo y la intermediación directa del expresidente, aprovechando su agenda internacional y su relación privilegiada con el régimen chavista.
Por Teresa Gómez | THE OBJECTIVE
El empresario Julio Martínez Martínez, conocido como Julito, ha sido detenido en el marco de la investigación por blanqueo de capitales que afecta a la aerolínea Plus Ultra, rescatada con 53 millones de euros de dinero público en 2021 a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). La UDEF investiga un posible delito de blanqueo de capitales vinculado al uso indebido de los fondos públicos concedidos durante la pandemia. Los agentes sospechan que una parte de ese dinero no se destinó a garantizar la viabilidad de la aerolínea, sino a devolver préstamos a sociedades extranjeras radicadas en Suiza, Francia y Panamá. Dichas sociedades estarían vinculadas a una presunta organización criminal dedicada al blanqueo de capitales y, según las diligencias, podrían guardar relación con operaciones de oro venezolano y pagos a entidades como PDVSA.
El pasado 11 de diciembre de 2025, la Policía registró la sede de Plus Ultra en Madrid y practicó varias detenciones, entre ellas la del presidente de la compañía, Julio Martínez Sola, el consejero delegado Roberto Roselli y otros implicados como Julio Martínez Martínez. La operación fue adelantada en primicia por THE OBJECTIVE. Aunque los detenidos quedaron posteriormente en libertad provisional, el juez impuso medidas cautelares, entre ellas la retirada del pasaporte. La causa sigue abierta y en fase de análisis económico-financiero.
En el transcurso de la investigación, la UDEF ha detectado transferencias realizadas desde Plus Ultra a Julio Martínez Martínez. Para los agentes, esos pagos no se corresponden con servicios reales prestados a la aerolínea, sino que podrían encubrir el cobro de comisiones por las gestiones realizadas por Zapatero para lograr el rescate público. Tal y como publicó en exclusiva este periódico, José Luis Rodríguez Zapatero intercedió personalmente ante el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, para garantizar que Plus Ultra obtuviera el sello de empresa viable necesario para acceder a los 53 millones de euros. Sin ese aval, el dinero nunca habría salido de las arcas públicas.
Zapatero se desplazó al Ministerio de Transportes, ubicado en el Paseo de la Castellana número 67, para mantener una reunión con Ábalos cuyo objetivo, según fuentes presentes, era inequívoco: lograr que Plus Ultra fuera considerada «empresa estratégica». Esa calificación resultaba imprescindible para poder beneficiarse del Fasee, gestionado por la SEPI y dependiente del Ministerio de Hacienda. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE aseguran que Zapatero actuó como mediador directo, utilizando su ascendente político dentro del Ejecutivo. Su intervención, sostienen, fue determinante para desbloquear un proceso que, en condiciones normales, habría resultado mucho más complejo debido a la delicada situación financiera de la aerolínea. «Zapatero exigió que le diesen el rescate a Plus Ultra en ese encuentro», afirma una fuente que participó en las negociaciones.
En torno a aquella reunión se produjo una escena que ha quedado grabada en la memoria de varios testigos. Según las fuentes consultadas por este periódico, Koldo García Izaguirre, asesor de confianza de Ábalos, permaneció en la antesala del despacho ministerial. No accedió a la sala principal, pero pudo ver la llegada del expresidente y seguir los movimientos posteriores. En un momento determinado, Zapatero y Ábalos se retiraron a una sala contigua en busca de mayor privacidad. Mientras tanto, Koldo García permanecía en la antesala junto a otros colaboradores. Fue allí donde habría pronunciado una frase que muchos recuerdan todavía hoy: «Estos se van a forrar».
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