
La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos está monitoreando a millones de conductores estadounidenses en todo el país en un programa secreto para identificar y detener a personas cuyos patrones de viaje considere sospechosos, descubrió The Associated Press.
Por AP
El programa de inteligencia predictiva ha permitido detener, registrar y, en algunos casos, arrestar a personas. Una red de cámaras escanea y registra la información de las matrículas de los vehículos, y un algoritmo identifica los vehículos considerados sospechosos según su procedencia, destino y ruta. Los agentes federales, a su vez, pueden alertar a las autoridades locales.
De repente, los conductores son detenidos, a menudo por motivos como exceso de velocidad, no señalizar, el tinte incorrecto de las ventanas o incluso un ambientador colgando que les impide ver. Son interrogados y registrados agresivamente, sin tener ni idea de que las carreteras por las que circulan los ponen en el punto de mira de las fuerzas del orden.
La Patrulla Fronteriza, que antes se limitaba a vigilar las fronteras nacionales, ha construido un sistema de vigilancia que se extiende al interior del país y que permite monitorear las acciones y conexiones cotidianas de los estadounidenses comunes en busca de anomalías, en lugar de simplemente perseguir a sospechosos buscados. Iniciada hace aproximadamente una década para combatir las actividades ilegales en la frontera y el tráfico de drogas y personas, se ha expandido en los últimos cinco años.
La Patrulla Fronteriza ha fortalecido recientemente su capacidad gracias a la colaboración con otras agencias, obteniendo información de lectores de matrículas de todo el país administrados por la Administración de Control de Drogas (DEA), empresas privadas y, cada vez más, programas locales de las fuerzas del orden financiados con subvenciones federales. Las agencias policiales de Texas han solicitado a la Patrulla Fronteriza que utilice el reconocimiento facial para identificar a los conductores, según documentos.
Este papel activo más allá de las fronteras forma parte de la transformación discreta de su agencia matriz, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), en algo más parecido a una operación de inteligencia nacional. Gracias a los esfuerzos intensificados de la administración Trump para controlar la inmigración, la CBP está lista para obtener más de 2700 millones de dólares para desarrollar sistemas de vigilancia fronteriza, como el programa de lectura de matrículas, mediante la integración de inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes.
Esta investigación, la primera en revelar detalles sobre el funcionamiento del programa en las carreteras estadounidenses, se basa en entrevistas con ocho exfuncionarios gubernamentales con conocimiento directo del programa, quienes hablaron bajo condición de anonimato por no estar autorizados a hablar con los medios de comunicación, así como con decenas de funcionarios federales, estatales y locales, abogados y expertos en privacidad. AP también revisó miles de páginas de documentos judiciales y gubernamentales, datos sobre subvenciones estatales y fuerzas del orden, e informes de arrestos.
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