Está a punto de comenzar la fase dos de la operación de EE.UU contra los narcotraficantes incrustados en el territorio bañado por el Mar Caribe. El pasado domingo, un día con un alto grado simbólico por ser el día de la marina estadounidense, el presidente Donald Trump aseguró ante los periodistas que el mar estaba vacío y que ya no entraba droga vía marítima; esto en obvia alusión al despliegue del Comando Sur que ya lleva por lo menos 5 embarcaciones y unas 17 vidas humanas destruidas por el presunto delito de narcotráfico.
Al margen del drama humano de fondo, es decir, de los potenciales cientos de miles de víctimas del consumo de estupefacientes y fentanilo, y de las otras víctimas ,—esas que tripulan las lanchas utilizadas para llevar la droga desde el Caribe hasta las costas del norte—, todo parece indicar que hay una escalada en los procedimientos. A buen entendedor pocas palabras bastan. Si el mar está controlado, ahora seguirá el turno al control aéreo y tal vez incluya el control de los narcos en sus laboratorios o puestos de control emplazados en tierra. Ya Trump lo dijo públicamente: «veremos qué pasa en la segunda etapa».
El jefe militar venezolano de más alto Rango, Vladimir Padrino López, después de hacer catarsis por la angustia que genera este gigantesco operativo militar de los Marines, ha denunciado el avistamiento y detección de por lo menos 5 aviones de Estados Unidos sobrevolando aguas a unos 75 Km de nuestra costa. La advertencia de Padrino fue lacónica: «que no se equivoque Estados Unidos y que no nos subestime». Aquí es donde entra aquel sabio dicho popular que reza: “uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice”.
Cobijados bajo ese lema haremos mención a algo que nos duele como venezolanos y como periodistas. Se trata de la absurda situación de tener que poner en una balanza la gestión de Donald Trump en relación a la vigencia del “estatus temporal de protección”, mejor conocido por sus siglas en inglés como TPS, y sus afanes por la guerra declarada al narcoterrotismo.
El hecho es que parte de la opinión pública venezolana ha entrado en un nuevo cisma desatado por la opinión periodística emitida desde los Estados Unidos por nuestro conocido y excompañero de labores César Miguel Rondón, quien ha resaltado el silencio que según su criterio mantiene la líder opositora María Corina Machado en torno a la vigencia del famoso TPS, que afectaría a más de 300 mil venezolanos que hacen vida en el norte, entre los cuales también se incluye César Miguel.
En nuestra humilde opinión, la liberación de los 30 millones de habitantes que continúan en su patria, no solamente tiene más peso específico que los amparados por el TPS, sino que son el verdadero objetivo de lucha de nuestra también amiga y respetada MCM.
Un árbol no puede obstruir la vista de todo el bosque, y todos sabemos que el joint venture de MCM es con DT. Es casi de perogrullo pensar que la líder de la oposición va a poner en terreno inestable toda la presión que se está ejerciendo sobre quienes detentan el poder en Venezuela, para reclamar ante Trump por los compatriotas que pierden los beneficios del TPS.
Las redes han estallado en favor de María Corina. La reflexión no puede ser más simple: es el momento de la unión y de la autocrítica.
La vida nos enseña que a veces dejamos pasar excelentes oportunidades de callarnos la boca.
Pasando al panorama europeo, las elecciones en la república Checa nos están mostrando un leve giro a la derecha. Un multimillonario militante de la derecha radical, Andrea Babis, acaba de ganar las elecciones presidenciales con un 36 % de los votos.
Amanecerá y veremos.
«Nunca moriré por mis creencias, porque podría estar equivocado».
Bertrand Russell.
Hasta la próxima semana.
Norberto Mazza
norberto1818@gmail.com y @norbertomazza
Periodista multimedia. Más de 50 años en las principales emisoras de Uruguay, Argentina,
Venezuela, México, Colombia, Chile y Ecuador. Premio Nacional de Periodismo de México, año 2000. Premio Monseñor Pelllín Venezuela, 2004. Ha sido corresponsal viajero de Televisa, Visnews, WTN , Voice of América y ancla de Globvision durante 22 años, además de director de emisoras de Radio y Tv venezolanas.