
Desde finales de agosto, el ejército estadounidense ha ido incrementando de manera constante y significativa el número de fuerzas militares que tiene en el Caribe, con alrededor de 10.000 soldados en el mar y en tierra.
Por Riley Mellen, Eric Schmitt, Christoph Koettl, Samuel Granados y Junho Lee | The New York Times
Se trata del mayor despliegue de fuerzas estadounidenses en la región en décadas, y su propósito es reforzar lo que el gobierno de Donald Trump afirma que es una misión antidroga y antiterrorista.

Estados Unidos también ha ejecutado varios ataques letales contra embarcaciones que, según el gobierno, transportaban narcóticos. El presidente Trump y otros funcionarios han publicado videos de los ataques en redes sociales.

Gran parte de la concentración militar es visible en imágenes de satélites comerciales y científicos y en fotografías compartidas en redes sociales y por habitantes de la región. Algunos de los vuelos militares se pueden ver en sitios web de monitoreo de vuelos de acceso público. El ejército también ha publicado detalles sobre las actividades estadounidenses en el Caribe.

Sin embargo, los funcionarios han dejado claro en privado que el principal objetivo del incremento de tropas —que Trump dijo la semana pasada que también podría incluir operaciones encubiertas de la CIA— es expulsar del poder a Nicolás Maduro, el autoritario líder de Venezuela.

Aproximadamente la mitad de la fuerza estadounidense se encuentra a bordo de ocho buques de guerra de la Armada, incluidos unos 2200 infantes de marina equipados con aviones de combate. La otra mitad, ligeramente mayor, está principalmente en Puerto Rico, en antiguas bases estadounidenses que actualmente funcionan como aeropuertos civiles, e incluye cazas F-35 del Cuerpo de Marines, drones MQ-9 Reaper de la Fuerza Aérea y una variedad de otros aviones de vigilancia, junto con personal de apoyo.
Un mayor despliegue de fuerza militar
Recientemente se ha producido un dramático despliegue de amenazas aéreas en la región. La semana pasada, al menos dos bombarderos B-52 procedentes de Luisiana volaron frente a la costa de Venezuela durante varias horas, en lo que un alto funcionario estadounidense calificó como “una demostración de fuerza”. Aunque los bombarderos volaron en el espacio aéreo internacional, estuvieron en una región de control del tráfico aéreo gestionada por Venezuela. Los B-52 pueden transportar decenas de bombas de precisión.

Una unidad de élite de Operaciones Especiales del Ejército también ha estado realizando vuelos en helicóptero sobre el océano entre Venezuela y Trinidad y Tobago. Más al sur, habitantes de la zona publicaron videos en redes sociales donde se veía que había aviones de vigilancia de la Marina estadounidense sobrevolando el sur de Trinidad y Tobago, a alrededor de unos 20 kilómetros de la costa de Venezuela.
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