
El primer secretario del Partido Comunista y presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ofreció un sombrío balance de la economía cubana al cierre del tercer trimestre del año, confirmando un decrecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) superior al 4%.
Por lapatilla.com
Díaz-Canel admitió que la nación atraviesa una crisis caracterizada por una inflación disparada y una parálisis parcial de la actividad económica. Entre los puntos más críticos señalados por el dictador se encuentran:
Crisis energética: La generación térmica se mantiene en niveles críticos, lo que afecta directamente el funcionamiento de la industria y la vida cotidiana de la población.
Desabastecimiento: Se reportan incumplimientos graves en la entrega de alimentos normados, así como una producción agropecuaria e industrial que no logra satisfacer las necesidades básicas de los ciudadanos.
Impacto de fenómenos naturales: A la crisis estructural se suman las millonarias pérdidas ocasionadas por el devastador paso del huracán Melissa.
El comunista se refirió a la inconformidad generalizada de los cubanos ante todo lo que funciona mal o simplemente no funciona. Cuestionó el «exceso de reuniones que no resuelven nada» y reconoció el surgimiento de una brecha social cada vez más evidente.
En el mismo sentido, denunció la «creciente desigualdad entre pequeños grupos poblacionales que parecen tener todos los problemas resueltos», algunos de los cuales —afirmó— incluso presumen de su estatus económico. Esto contrasta drásticamente con la realidad de la mayoría de la población, que no logra solventar sus necesidades fundamentales.