Nicolás Maduro buscó consolidar el respaldo de sus principales socios internacionales este martes 7 de octubre en una intensa jornada con el cuerpo diplomático de China, Rusia y Cuba, en una clara señal de aspirar a fortalecer sus alianzas clave en medio de las tensiones que sostiene con Estados Unidos.
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La agenda en el Palacio de Miraflores se centró en los tres países que constituyen el pilar de la política exterior del régimen chavista, especialmente frente a las tensiones con Estados Unidos y sus aliados.
El acto de mayor peso fue la firma que convirtió en ley el Tratado de Asociación Estratégica con Rusia, el cual establece una hoja de ruta de cooperación por diez años. La jornada continuó con una reunión con el embajador de la República Popular China, Lan Hu, con el objetivo oficial de «continuar fortaleciendo los lazos de hermandad y cooperación bilateral».
Finalmente, Maduro condecoró con la «Orden Francisco de Miranda» al embajador saliente de Cuba, Dagoberto Rodríguez Barrera, en reconocimiento a su labor para la «consolidación del eje estratégico La Habana-Caracas».
El respaldo de Moscú, Pekín y La Habana ha sido fundamental para la administración de Maduro en los ámbitos político, económico y militar, permitiéndole sortear el impacto de las sanciones internacionales y aferrarse en el poder a través de la represión contra opositores y disidentes.
