Julio Castellanos: El miedo al otro y el miedo al futuro
06 Oct 2025, 12:18 3 minutos de lectura

Julio Castellanos: El miedo al otro y el miedo al futuro

Por Opinion

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Más allá de las ideologías, que muchas veces son etiquetas y colores antes que ideas en boca de los gobernantes de turno, hoy vivimos una salvaje ola reaccionaria global que amenaza los pocos derechos alcanzados y proscribe los debates esenciales para ubicar en el centro de las políticas públicas los estándares en derechos humanos. No importa si hablamos de Trump, de Vox en España, de Bolsonaro en Brasil, de Milei en Argentina, de Bukele en El Salvador o de Maduro en Venezuela. El gran consenso, la coincidencia entre todos ellos, mirando los efectos concretos de sus decisiones, es la anulación de la libertad de expresión, el debido proceso, el control democrático, la libertad de asociación y los derechos económicos, sociales y culturales de las mayorías. Tan solo basta con leer la Declaración Universal de los Derechos Humanos para ver los mismos efectos que, en las películas de terror, causa en los vampiros la luz del sol.

En Venezuela, por ejemplo, las clases pudientes cumplen su viejo sueño de eliminar el salario, la contratación colectiva, la negociación colectiva, los sindicatos y el derecho a huelga. Todo gracias a Nicolás Maduro, el presidente obrero, capaz de revestir semejantes decisiones con una retórica revolucionaria. El “modelo chino” que, aplicado con hipocresía caribeña, nos da todos sus perjuicios y ninguno de sus prometidos beneficios.

Trump y su pintoresco “Secretario de Guerra”, se encargaron de hablar, más bien rebuznar, frente a su alto mando militar, en contra de las mujeres en el ejército, de su rechazo a los gays y de reimponer un “estándar masculino”. De hecho, hablaron de un enemigo interno, aludiendo a las ciudades más prósperas y liberales de Estados Unidos. Ciudades “Woke” pues, a las que hay que masculinizar a la fuerza, con el soporte de la Fuerzas Armadas. Esos argumentos son replicados por Bukele en El Salvador, dónde las escuelas públicas acaban de prohibir el lenguaje inclusivo y hasta se decidió, como en Corea del Norte, que hay cortes de cabellos permitidos y prohibidos para niños y niñas.

Milei y Vox, en Argentina y España respectivamente, hablan con una crispación totalmente ajena a sus liberales naciones contra los colectivos LGBTIQ+ y los derechos reproductivos de las mujeres. Milei califica a la comunidad LGBTIQ+ como corruptores de menores y Vox amenaza, de llegar al gobierno, de eliminar el derecho al aborto.

Todos esos referentes políticos globales, pese a sus conflictos coyunturales coinciden en su estrategia de denigrar a las Naciones Unidas, minimizar e ignorar los derechos humanos, autodesignarse como voceros de dios y atacar a sus adversarios con insultos. Lo peor, las sociedades se están tragando esa rueda de carreta. Manipuladas por los medios y las redes sociales, la gente se está dejando arrastrar por el miedo al otro, por el miedo al futuro, por el miedo a las ideas y al debate público. Para horror de mi generación, ahora el mundo tiene muchos aspirantes a Gran Hermano y muchas personas, al leer esa referencia, creerán que hablo de un reality show.

Julio Castellanos / jcclozada@gmail.com / @rockypolitica

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