
El periodista y defensor de derechos humanos Carlos Julio Rojas ha sido sometido a más de dos meses sin visita ni contacto con sus familiares, lo que viola sus derechos fundamentales, informó el defensor de derechos humanos y profesor universitario Joel García.
“La situación de Carlos Julio Rojas, al igual que la de muchos presos políticos, exige una reflexión profunda sobre el respeto por las garantías constitucionales” en Venezuela, subrayó. “Tiene casi 18 meses de reclusión, de cautiverio, durante los cuales se le ha negado el derecho a la defensa”.
Además, se lo ha sometido “a más de dos meses sin visita o comunicación con sus seres queridos, familiares, amigos y, menos aún, con un abogado de confianza”. Hasta la fecha se desconocen las razones de estas medidas.
Carlos Julio Rojas fue detenido de manera arbitraria el 15 de abril de 2024, y sometido a desaparición forzada. Está preso en la cárcel del Helicoide; el juicio en su contra se encuentra en un limbo legal, y tampoco se le ha permitido el acceso a la defensa.
Como lo recordó García, estas restricciones contra el periodista “no solo vulneran principios fundamentales al debido proceso, sino que comprometen la dignidad humana y el acceso a la justicia”.
Rojas ha sido catalogado como preso de conciencia por Amnistía Internacional, organización que ha pedido al mandatario Nicolás Maduro su libertad inmediata e incondicional. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos aprobó, en enero de este año, otorgar medidas cautelares a favor del periodista, con base en lo cual solicitó al Estado venezolano que adelante las acciones necesarias para proteger sus derechos.
Para García es un deber ineludible “insistir en la necesidad de restituir los derechos de Carlos Julio; que cese el aislamiento, que se garanticen las condiciones de reclusión para que sean compatibles con los estándares legales y la ética de la actuación institucional”.
El abogado y profesor universitario instó, igualmente, a la liberación de Carlos Julio Rojas y de todos los presos políticos que hay en Venezuela.