
Un edificio del bajo Manhattan se convirtió en el escenario más temido por cientos de extranjeros que, cada semana, acuden a sus citas en el marco de sus procesos migratorios. Se trata del 26 Federal Plaza, sede de una corte migratoria pública de Estados Unidos, donde agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) aguardan apostados en los pasillos para detener a quienes acaban de presentarse ante un juez.
Por La Nación
Arrestos del ICE en Nueva York: el pasillo donde reina el miedo
Desde que el gobierno de Donald Trump intensificó su avanzada antiinmigración, las cortes migratorias se convirtieron en cotos de caza para el ICE. El edificio del bajo Manhattan es, según indicó CNN, conocido entre abogados y activistas pro derechos de los migrantes como el “pasillo del terror”.
En cada rincón de esta sede se siente la tensión: los agentes de ICE se ubican frente a las salas, con los rostros cubiertos y sin identificación visible, mientras los inmigrantes esperan su turno en silencio.
A pesar del cierre de Gobierno, que comenzó hace una semana y paraliza a las dependencias públicas, las audiencias migratorias no se detuvieron y continúan con normalidad. Esto se debe a que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) declaró “esenciales” a todos los empleados del sistema migratorio, desde jueces y secretarios hasta los oficiales encargados de las detenciones. La corte sigue activa, y con ella, los arrestos.
En los pasillos del tribunal conviven sentimientos encontrados. Alivio para quienes terminan su audiencia y se pueden retirar a sus hogares. Miedo para aquellos que, al escuchar su nombre en boca de un agente, saben que no regresarán a casa. Los oficiales se les acercan, revisan sus documentos y los esposan frente a sus familiares. Las escenas desgarradoras se repiten: padres que intentan despedirse, hijos que lloran, esposas que quedan solas.
El sacerdote Fabián Arias, activista proinmigrante que acompaña a familias cada semana, describió el ambiente con una frase que se volvió habitual entre los defensores: “Es un lugar donde el pánico, el miedo y el terror están instalados”. Según explicó al medio citado, muchos prefieren no acudir a las audiencias por temor a ser detenidos. “Nuestra comunidad ya no quiere venir”, expresó al medio citado.
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