Domingo Alberto Rangel: Cuidado con la eventitis
06 Oct 2025, 12:23 3 minutos de lectura

Domingo Alberto Rangel: Cuidado con la eventitis

DESTACADA Por La Patilla

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El tema es importante y aunque no levante comentarios resulta pertinente ventearlo ante la opinión pública: se trata de la cantidad de invitados internacionales que viajan a Caracas para darnos apoyo ante las amenazas de la marina yanqui.

No todos y de hecho la inmensa mayoría de estos visitantes son personajes totalmente desconocidos tanto en sus paises como en el mundo.

Pocos de estos invitados que viajan con boleto de avión, ida y vuelta, no faltaba más, hotel y comidas, van a los medios a darnos ánimo o a demostrar en escuelas y universidades la solidaridad, enseñando las razones por las cuales matar en aguas internacionales presuntos narcotraficantes de los que no quedan rastros… de ellos o de las drogas que supuestamente tendrían como destino final los Estados Unidos… es un asesinato.

Ante esta evidencia cualquier investigador medianamente serio preguntaría… ¿de dónde salen entonces estos viajeros que llegan a Caracas para solidarizarse con Venezuela?

Bien, si cambiamos Caracas por Buenos Aires, Trípoli cuando Gadafi, Santiago en tiempos de Allende o cualquier capital de la Europa comunista u otro país díscolo con el status quo… nos encontraremos que en esas capitales generalmente empobrecidas extrañamente los hoteles de calidad siempre estaban copados… copados por invitados a eventos, coloquios, encuentros o ferias internacionales –única explicación para la mayoría de estos turistas de ocasión-… con lo cual la balanza de esos países aislados y cercados caía aún más.

El caso venezolano es similar: en cada reunión internacional solo alguna de las verdaderas estrellas conversa con el Presidente y otros pocos van a los medios mientras la inmensa mayoría va a la playa o recorre los centros comerciales en busca de alguna ganga.

Y son los mismos… que forman una casta internacional cuyos miembros generalmente cumplen con el común denominador de estar contratados en la ONU… o ser de la directiva de alguna ONG o sindicato de esos que venden contratos colectivos.

Sabiendo que de ellos los países y sus gobiernos difícilmente pueden prescindir… se dan la gran vida… de aeropuerto en aeropuerto.

Sus conversaciones son tan profundas como “te vi en Argentina cuando Cristina”… a lo cual el interfecto responde “que buena carne tienen allí… a diferencia de Bolivia… nos vemos en La Habana y luego en México.

No pretendo dar lecciones de ahorro en tiempos de crisis… pero la única manera de recortar estos gastos absolutamente innecesarios sería invitando solo las grandes estrellas que serían llevadas a los medios… y también a personas desconocidas –jóvenes mejor- que traigan ponencias interesantes sobre el tema principal.

¡Dejar las cosas como van es hacerle un agujero al saco vacío del presupuesto venezolano!

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