
En la poesía latinoamericana contemporánea, David Mendoza Yamaui (Venezuela, 1973) ha erigido un territorio propio: el Realismo Chatarra. Una estética que hurta, desmantela y recompone el mundo desde sus restos, con el hambre como paisaje, con los perros como mirada, con la ternura feroz del erotismo y con la crítica cultural hecha con herramientas de taller.
Su Antología de la Chatarra (Ediciones Termómetro Económico, 2025), disponible en la plataforma amazon.com, es más que una recopilación: es el manifiesto vivo de esa poética. Reúne poemas de toda su obra previa —33 cometas donde el cielo escasea (2020), Todo son los pájaros (2022), Cartoon (2023), El lugar de siempre (2024), , Añejo (2024), Ladrón de versos (2025), El palacio de la fruta blanca y otras leyendas (2025) y Mal de perro (2025)— en un montaje que organiza su voz en torno al grito sucio de América Latina, como lo define la crítica Rosa Castillo.
¿Qué es el Realismo Chatarra?
El Realismo Chatarra habla no sobre sino desde la pobreza: escribe desde lo marginal, desde la chatarra. Es un lenguaje herrumbroso que rehúye los museos del lenguaje y se atreve a lamer las heridas. Su arquitectura se sostiene en cuatro pulsos fundamentales:
1* Perspectiva perruna, marginal
Los poemas se sitúan a la altura del perro callejero o del despojo, del abandonado —50 cm del suelo—, desde donde se observa el mundo con la dignidad lamiéndose entre charcos y basureros, rascándose. En textos como Mal de perro y Mi turno de sol, la voz se afirma en su condición canina: rebelde, autónoma, ajena al amo; y en Cada noche, desde la marginalidad de la ebriedad.
2* Robo creativo
La poesía se construye a partir de saqueos. Íconos globales como Sam Bigotes (Cartoon) o Hello Kitty se deconstruyen en clave popular, mientras versos de Neruda o Drummond son reapropiados con desparpajo en La escritura o Todos robamos. El robo se vuelve gesto decolonial y forma de resistencia.
3* Mitología de escombros
El Realismo Chatarra fabrica mitos desde la corrosión del poder. En “Éxtasis en la corte de la dinastía perdida” Mendoza despliega una corte alucinada donde el lujo es puro simulacro: “Entre opio y abanicos de plata / los ministros bailan decadencia” y “la comida / glorifica a un hombre que usa / como labios los ostiones” —imágenes que convierten la pompa oficial en farsa y el ritual del Estado en ceremonia de humo y ceniza. Lejos de mitos etéreos, aquí la leyenda se hace de escombros: belleza decrépita, poder teatralizado y brillo que sólo refleja vacío.
4* El hambre como mito central
El hambre no es simple carencia: es una fuerza poética y política. En Paisaje, el hambre se pavonea en el arbusto y en la tripa de un perro; en Perfecta postal, se fusiona con el animal hasta formar una dignidad gótica. A diferencia de la visión individualista de Hamsun —donde el hambre es experiencia subjetiva de un artista solitario—, Mendoza colectiviza la inanición y la inscribe en un cuerpo compartido: perro, ciudad, pueblo. El hambre es mito de los escombros, motor de escritura y cicatriz colectiva de una sociedad despojada, de un país roto.
Una genealogía de ruinas
La Antología de la Chatarra condensa este itinerario poético en poemas que funcionan como nodos de su estética, provenientes de toda su obra previa:
*33 cometas donde el cielo escasea (2020)
*Todo son los pájaros (2022)
*Cartoon (2023)
*El lugar de siempre (2024)
*Añejo (2024)
*Ladrón de versos (2025)
*El palacio de la fruta blanca y otras leyendas (2025)
*Mal de perro (2025)
Cada libro aporta piezas de ese taller herrumbroso que, en la antología, se sueldan como un manifiesto único del Realismo Chatarra.
Valor y vigencia
La Antología de la Chatarra no es un libro para vitrinas. Es una herramienta de combate literario que convierte los restos en forma, el hambre en música y la rabia en dignidad. Su valor reside en doble filo:
*Estético, porque instala un lenguaje único, con sintaxis herrumbrosa y economía de taller.
*Político, porque convierte la poesía en resistencia: contra el hambre, contra el poder, contra la domesticación del lenguaje.
Epílogo insurgente
“Si buscas poesía decorativa, sal ahora. Si quieres desguazar imperios, pasa la página”, advierte el prólogo de Rosa Castillo.
La Antología de la Chatarra es un botín, un taller clandestino, un manifiesto de resistencia. Mendoza no embellece la ruina: la convierte en himno. Su voz nos recuerda que, desde el hambre, también se puede fundar belleza.
NP