Ausencias forzadas: la historia de los Nobel de la Paz que no pudieron recibir su premio por prisión, censura o exilio
10 Dec 2025, 11:08 3 minutos de lectura

Ausencias forzadas: la historia de los Nobel de la Paz que no pudieron recibir su premio por prisión, censura o exilio

Por La Patilla

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La líder opositora venezolana María Corina Machado no asistirá a la ceremonia del Premio Nobel de la Paz (REUTERS/Gaby Oraa)

 

La líder opositora venezolana María Corina Machado, actualmente en la clandestinidad, se suma a la lista de ganadores del Premio Nobel de la Paz que no pudieron asistir a la ceremonia de Oslo. Varios laureados enfrentaron prisión, prohibiciones de viaje, persecución política o riesgo de represalias, por lo que enviaron representantes o dejaron una silla vacía como señal de protesta.

Por Infobae

A continuación, se detallan los casos documentados por el Comité del Nobel y por los propios familiares y allegados de cada galardonado.

En 2023, la activista iraní Narges Mohammadi celebró su Nobel desde la prisión de Evin, en Teherán. Activistas y familiares confirmaron que Mohammadi, reconocida por su campaña contra el uso obligatorio del hijab y contra la pena de muerte en Irán, permaneció detenida durante la ceremonia.

La activista iraní Narges Mohammadi

 

Sus hijos gemelos, exiliados en Francia, la representaron en Oslo. Leyeron un discurso que ella había logrado sacar de forma clandestina desde su celda. Mohammadi permaneció encarcelada desde 2021 y obtuvo en diciembre de 2024 una licencia médica temporal, según su entorno. Uno de sus hijos declaró: “Mi madre pidió que su voz llegara a Oslo aunque no pudiera estar presente”.

En 2022, el activista bielorruso Ales Bialiatski tampoco asistió. El fundador de la organización de derechos humanos Viasna cumplía prisión en Bielorrusia y estaba representado por su esposa, Natalia Pinchuk.

El activista bielorruso Ales Bialiatski (AP)

 

Bialiatski había sido condenado a diez años por “tráfico de divisas”, cargo denunciado por organizaciones internacionales. Pinchuk afirmó en la ceremonia: “Ales continúa su lucha por los derechos humanos desde la cárcel.”

En 2010, la ausencia más simbólica fue la del disidente chino Liu Xiaobo. Condenado a once años por “subversión”, no recibió permiso para viajar. Su silla permaneció vacía en el escenario con el diploma y la medalla. Su esposa, Liu Xia, quedó bajo arresto domiciliario después de anunciarse el premio. Sus hermanos tampoco pudieron salir de China.

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