
¿Corrupto y traidor a la patria o chivo expiatorio de un régimen en plena debacle económica?
Por BBC
Es la pregunta que se hacen muchos cubanos tras conocerse la sentencia a Alejandro Gil, exministro de Economía (2018-2024) que lideró la fallida gran reforma aplicada en los últimos años para tratar de sacar a flote al país.
Gil, de 61 años, fue condenado este lunes a cadena perpetua por espionaje, cohecho y «actos en perjuicio de la actividad económica», entre otros delitos.
El Tribunal Supremo Popular de La Habana también le impuso 20 años de prisión adicionales y ordenó la confiscación de sus bienes.
La sentencia, que no especifica los actos ilícitos concretos cometidos por el exministro ni las evidencias presentadas en su contra, culmina un juicio cargado de secretismo que deja muchas interrogantes.
Llama la atención la excepcional dureza de la condena a Gil, que era el zar de la economía de la isla y una de las principales figuras del gobierno de Miguel Díaz-Canel hasta caer en desgracia hace algo menos de dos años.
¿Traidor o chivo expiatorio?
El juicio contra Gil comenzó el pasado 31 de octubre, más de un año después de que en febrero de 2024 el propio presidente Díaz-Canel lo destituyera como ministro de Economía y Planificación.
El proceso se ha desarrollado de forma tan rápida como secreta, sin que el público o medios independientes pudieran acceder a las audiencias donde se cotejaron las pruebas, se escucharon los testimonios y se formularon los alegatos de las partes.
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