
La situación se está caldeando en lo que respecta a una posible acción militar estadounidense dentro de Venezuela.
Por Tom Rogan | Washington Examiner
Si bien el presidente Donald Trump autorizó recientemente una serie de ataques letales contra embarcaciones que traficaban drogas desde Venezuela, el despliegue de fuerzas militares estadounidenses en todo el país es mucho más amplio de lo que se requiere para este tipo de operaciones.
De hecho, según ha podido saber Washington Examiner, los planificadores militares consideran que las fuerzas reunidas son ahora suficientes para tomar y mantener instalaciones estratégicas clave, como puertos y aeródromos en territorio venezolano (Washington Examiner omite algunos detalles por razones de seguridad nacional). El control estadounidense sobre esos lugares permitiría una mayor y sostenida proyección del poder militar estadounidense en Venezuela desde posiciones defendibles.
El Pentágono no ha ocultado precisamente sus preparativos para estas operaciones.
Un comunicado del Departamento de Guerra de finales de agosto señala cómo, en un ejercicio de entrenamiento frente a las costas de las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, «seis aviadores de tácticas especiales se lanzaron en paracaídas al mar Caribe con una lancha neumática, a tres millas de la costa (…) Otros once controladores de combate y paracaidistas de rescate saltaron directamente a [un aeropuerto] desde el mismo avión, y ambas fuerzas se unieron para tomar el control del aeródromo».
Las operaciones de toma de territorio ejercerían una enorme presión sobre el régimen de Nicolás Maduro, que ya es uno de los objetivos principales de estos despliegues.
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