Las empresas privadas activas son un factor determinante en la lucha contra el desempleo. A medida que crece la actividad económica, las cifras de desempleo tienden a disminuir y se fortalece la capacidad de consumo de las familias, que resultan directamente beneficiadas con los puestos de trabajo que las empresas generan.
El gran desafío para los países en desarrollo es alcanzar un crecimiento económico sostenido que no solo se refleje en mayores niveles de producción, distribución y comercialización, sino también en la creación de empleos dignos y mejor remunerados, capaces de satisfacer las necesidades de los hogares.
La experiencia de las naciones con menores tasas de desempleo demuestra que el crecimiento económico está estrechamente ligado a la capacidad de sus empresas para desarrollarse en entornos favorables, donde las ventajas comparativas y competitivas impulsan la innovación y la generación de puestos de trabajo estables.
El empleo seguro y bien remunerado se convierte en un elemento esencial para alcanzar altos niveles de bienestar, felicidad y desarrollo humano. En aquellos países donde las empresas privadas desempeñan un rol protagónico en la creación de empleo, se consolidan también procesos de innovación tecnológica respaldados por una formación educativa que avanza al mismo ritmo que el crecimiento productivo.
En este sentido, las empresas activas privadas no solo contribuyen a la reducción del desempleo, sino que también elevan los ingresos, fortalecen la calidad de vida de los trabajadores y favorecen un entorno de mayor bienestar familiar y social.
Se estima en más de 1.500 millones el número de empleos que las empresas privadas generan en el mundo, cubriendo más del 90% del total de los puestos de trabajo existentes.
Vicente Brito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.
