El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó a cientos de generales viajar con poca antelación desde todo el mundo para escucharlo pronunciar un breve discurso sobre los estándares militares y el “ethos guerrero”, dijeron a The Washington Post varias personas familiarizadas con el evento.
Las órdenes de Hegseth, que fueron enviadas a principios de esta semana a generales y almirantes de alto rango en todo el mundo, requieren que cualquier persona en una posición de mando con el rango de general de una estrella o contralmirante y superior, así como sus líderes alistados de alto rango, estén en la Universidad del Cuerpo de Marines en Quantico, Virginia, el martes.
Se concederán excepciones en raras ocasiones con la aprobación de altos funcionarios militares, dijeron las personas familiarizadas con el asunto, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir una planificación delicada.
«Se supone que será una conversación cara a cara», dijo una persona al tanto de las conversaciones en curso. «Quiere ver a los generales».
Las órdenes, reportadas primero por The Washington Post el jueves, se entregaron sin motivo aparente, lo que obligó al personal a apresurarse a organizar sus viajes, muchos de los cuales provendrán de comandos enfocados en los conflictos globales. La directiva llega tras el despido injustificado de numerosos oficiales militares de alto rango por parte de Hegseth este año, lo que trastocó las normas militares y creó una cultura de miedo en el Pentágono, según informaron personas familiarizadas con el asunto.
El Pentágono se ha negado a aclarar el propósito ni a detallar la agenda de la reunión y no respondió de inmediato a preguntas sobre la naturaleza del discurso de Hegseth. Sean Parnell, portavoz, afirmó en un comunicado que Hegseth se dirigirá a sus altos mandos militares a principios de la próxima semana.
Algunos funcionarios del Pentágono cuestionaron la sensatez de organizar una reunión relativamente grande con poca antelación para escuchar a Hegseth hablar durante unos minutos, y se irritaron ante la idea de que líderes militares con muchos años de servicio —un segmento de los cuales pasó años en combate anteriormente en sus carreras— necesitaran instrucción sobre cómo luchar.
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