
Ha ocurrido con anterioridad en al menos medio centenar de ocasiones, pero el inapelable paso del tiempo y el nuevo escenario geopolítico internacional confieren al rumor no verosimilitud, pero sí importancia. El chisme de la supuesta muerte de Raúl Castro (94 años), verdadero líder en la sombra del castrismo, se ha producido cuando su gran aliado, Venezuela, sufre el bloqueo militar en el Caribe sur de Estados Unidos, el gran enemigo de las dos revoluciones. Y cuando su propio país languidece víctima del fracaso del sistema comunista puesto en marcha por su hermano Fidel.
Por: El Mundo
El rumor ha dado desde el miércoles mil vueltas en el exilio de EEUU. En esta ocasión, alguien habría visto cómo trasladaban al general de Ejército al habanero Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq), al que llevan a los turistas, algo que pareciera imposible porque tanto Fidel como el propio Raúl cuentan con una planta hospitalaria en la Plaza de la Revolución, con todo tipo de avances médicos. Previamente a Raúl, hijo de gallego (conocidos en la isla como los longevos), le han matado por infarto, por el covid, en un accidente de helicóptero y otras vicisitudes.
«Antes los rumores se desataban con la salud de Fidel, ahora con la de Raúl. Tiene su lógica: estadísticamente ha sobrepasado ya la edad media de vida de los Castro, entre 92 y 93 años. Es normal la especulación y es normal que la prensa esté atenta. En este caso concreto, con la presión de la crisis interna y con la amenaza estadounidense sobre Venezuela, cobra aún más importancia», explicó a EL MUNDO Juan Antonio Blanco, director del Laboratorio de Ideas Cuba Siglo XXI.
«Pero el primer problema de este rumor son los datos: al Cimeq pueden llevar a un jefe de Estado, como con Hugo Chávez, pero el protocolo para Raúl consiste en trasladarle al cuarto piso del Consejo de Estado, un hospital de paciente único con todos los avances», desveló a EL MUNDO el experto.
Otros medios cubanos han advertido que la cuenta desde la que se lanzó la supuesta información es famosa por su contenido fake. La ausencia de información oficial, otro clásico de la isla, tampoco ayuda. En ocasiones anteriores los rumores se lanzaban desde dentro del régimen para que sus aparatos de Inteligencia midieran el termómetro político en la cúpula del poder.
Raúl Castro participó hace dos meses en la sesión de apertura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Apoyó sin fisuras al gobierno de su elegido y no dudó en levantar el puño para dar vivas al presidente Miguel Díaz-Canel y a la revolución, además de entonar el tradicional «¡Venceremos!».
Puedes leer la nota completa en El Mundo