
Stephen Miller, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, elevó drásticamente el tono de la retórica estadounidense contra el crimen organizado este domingo 7 de diciembre. A través de una declaración en su cuenta de la red social X, el alto funcionario equiparó a los cárteles de la droga con organizaciones yihadistas, definiéndolos como una amenaza existencial para la seguridad nacional.
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«Los cárteles son terroristas que asesinan en masa a nuestros ciudadanos. Son el Isis de las Américas y todos en sus filas son enemigos terroristas de Estados Unidos», sentenció Miller.

La comparación con el Estado Islámico (Isis) marca un endurecimiento en la doctrina de seguridad de la administración Trump, sugiriendo que el tratamiento legal y militar hacia estas organizaciones dejará de ser un asunto policial para convertirse en un conflicto de carácter bélico antiterrorista.
La afirmación de que «todos en sus filas son enemigos terroristas» implica que Washington podría dejar de distinguir entre líderes, sicarios o logistas, considerando a cualquier integrante de estas redes como un combatiente enemigo legítimo. Esta postura se alinea con los recientes anuncios del Secretario de Guerra, Pete Hegseth, sobre el uso de fuerza letal en el mar y las declaraciones del presidente Trump sobre iniciar operaciones terrestres contra estas estructuras.