Como si los venezolanos no tuvieran suficientes problemas con la inflación, los sueldos miserables, un pésimo transporte público, hospitales destruidos, falta de medicamentos y un largo etc., ahora, a todo esto, se suma el bloqueo estadounidense. Este último aspecto, plantea nuevos desafíos para los venezolanos de a pie.
La flota norteamericana cerca de nuestras aguas ha acaparado la noticia durante las últimas semanas, pero esta realidad política no deja de tener repercusiones sobre la economía que, como bien sabemos, ya llega a niveles verdaderamente desesperantes, donde la devaluación de la moneda, tal como ya hemos tratado aquí recientemente, se ha cuadruplicado en los últimos cuatro meses.
En efecto, el bloqueo tiene una serie de consecuencias que afectaran el abastecimiento para finales del año. Veamos. Por una parte, la paralización de los vuelos sobre el espacio aéreo nacional afectó a ocho líneas aéreas internacionales, Iberia, Gol, Turquish Airlines, TAP Air Portugal, entre otras, más de 50 vuelos suspendidos el fin de semana, que tienen que privilegiar la seguridad de sus pasajeros sobre todas las otras consideraciones. Estas suspensiones no solo afectan a miles de clientes que pretenden volar este fin de año también a la carga comercial para el abastecimiento navideño.
El bloqueo naval afectó la llegada del buque ruso Seahorse que, con un cargamento de nafta, el 13 de noviembre, debió cambiar su ruta porque un buque de guerra estadounidense se posicionó en su trayectoria, en consecuencia, se desvió para Cuba.
El gobierno nacional ha recurrido a Chevron para proveerse de nafta, de las Islas Vírgenes, para paliar la escasez. De forma que otra consecuencia a afrontar sería el abastecimiento de gasolina, que depende de componentes extranjeros.
Mientras, las exportaciones petroleras a China y a Norteamérica, con Chevron, habían alcanzado un pico alto con 1,09 millones de barriles diarios para septiembre, el despliegue naval norteamericano a partir de agosto provocó que las exportaciones cayeran en un 26% en octubre a 808 mil barriles diarios. La contracción, sin duda efecto del bloqueo parece continuar en noviembre, en la medida en que este se agudice.
El tráfico de contenedores de 20 pies alcanzó en 2019 los 179.500 TEU unidades, (última estadística) monto particularmente bajo al compararlo con Colombia con 4,4 millones de unidades en el 2022.
La magnitud de la caída del tráfico marino, más actualizada, son las importaciones de medicinas, que para el 2024 equivalen a una quinta parte del total del 2013, aunque superior al 2019.
Dentro de la misma tónica encontramos las importaciones de los Estados Unidos que sufren, para junio 2025, una sustancial disminución.
En resumen, las pocas estadísticas actualizadas que tenemos del tráfico marítimo venezolano muestran que son una pequeña fracción de lo que fueron en el pasado. El bloqueo nos permite considerar que el desabastecimiento de bienes es una posibilidad que podría enfrentar la economía a corto plazo.
Gerardo Lucas. Economista e Historiador. Https// gerardolucas@wordpress.com
