Semana: La negociación secreta de Gustavo Petro con el grupo armado más grande de Colombia
28 Sep 2025, 11:42 4 minutos de lectura

Semana: La negociación secreta de Gustavo Petro con el grupo armado más grande de Colombia

Por La Patilla

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Gustavo Petro y la negociación con el Clan del Golfo, reconocido ahora como Ejército Gaitanista de Colombia por la Casa de Nariño. Foto: Presidencia / Clan del Golfo

 

El Gobierno del presidente colombiano Gustavo Petro adelanta una negociación secreta con el Clan del Golfo, ahora reconocido formalmente por la Casa de Nariño como el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC). En entrevista con SEMANA, uno de los integrantes de la mesa de diálogos revela detalles desconocidos del diálogo y las líneas rojas que los protagonistas no están dispuestas a cruzar.

Por Juan Diego Mercado Hidalgo | SEMANA

Se trata de Ricardo Giraldo, un reconocido abogado de la capital de Antioquia, que fue contratado por el EGC para impulsar el proceso de paz con el Ejecutivo.

SEMANA: ¿Cómo llegó el EGC a la mesa de diálogos con el Gobierno Petro?

Ricardo Giraldo: El proceso de acercamiento entre el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) y el Gobierno nacional comenzó a finales de 2022, cuando se dieron los primeros contactos con lo que en ese momento eran las Autodefensas Gaitanistas de Colombia. A inicios de 2023 fui contratado para representar jurídicamente al grupo armado en el marco de la política de paz total, impulsada por el Gobierno del presidente Petro.

Durante ese primer periodo, hasta junio de 2024, los contactos fueron únicamente exploratorios. Hubo intentos, escaramuzas diplomáticas, pero debemos decirlo con franqueza: el EGC no fue tomado con la seriedad debida por parte del Gobierno nacional, que concentró todos sus esfuerzos en avanzar con el ELN y las distintas disidencias de las extintas Farc.

Sin embargo, en el transcurso de 2025, se comenzó a construir un canal de comunicación más sólido y confiable. En febrero de este año, tras una reunión directa entre el Estado Mayor Conjunto del EGC y el delegado del Gobierno nacional, el doctor Álvaro Jiménez Millán, se acordó que, para garantizar un proceso serio, objetivo y transparente, era necesario desarrollar las conversaciones en un territorio neutral fuera del país. Esto no solo respondía a razones estratégicas, sino también de seguridad, para evitar posibles sabotajes o amenazas contra los delegados. Fue entonces cuando el Gobierno nacional comenzó a explorar escenarios internacionales para el desarrollo de los diálogos.

El abogado Ricardo Giraldo contratado por el EGC para impulsar el proceso de paz con el Ejecutivo. Foto: César Flechas – Semana

 

SEMANA: ¿Cómo se han desarrollado los diálogos y cuál es la estrategia para avanzar en ellos?

Ricardo Giraldo: Actualmente, las conversaciones se han centrado en temas fundamentales, como la humanización del conflicto, el desescalamiento de las hostilidades y el respeto al derecho internacional humanitario. Todo esto se ha desarrollado con un enfoque prioritario en las comunidades donde el EGC mantiene una presencia consolidada, buscando reducir los impactos directos sobre la población civil.

Un punto clave en las discusiones ha sido la necesidad de garantizar la seguridad jurídica y personal de los combatientes del EGC, así como la de sus familias. Es indispensable que se ponga fin a la persecución sistemática y a los montajes judiciales contra personas que no están vinculadas directamente al conflicto armado, y que no deben cargar con responsabilidades que les son ajenas.

La estrategia para avanzar en este proceso no se limita a asignar culpas o quedarse en el terreno retórico. El verdadero propósito es trabajar en una restauración real de los territorios, que permita a las comunidades acceder a una presencia institucional efectiva, con oportunidades de desarrollo y condiciones de vida dignas. Apostar por una agenda concreta, con objetivos alcanzables y sin promesas vacías. El avance depende de la seriedad con que se aborden estos temas y del compromiso real por transformar las realidades en los territorios históricamente abandonados por el Estado.

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