El Departamento de Justicia de Estados Unidos elevó el 7 de agosto la recompensa por información que conduzca a la captura del líder chavista, Nicolás Maduro. Ahora, ofrecen $50 millones.
Por Telemundo 51
El anuncio no fue un hecho aislado, sino el punto de ebullición de una escalada política, legal y simbólica que lleva años en desarrollo. Desde entonces, Venezuela ha entrado en una nueva fase de presión internacional.
Agosto 2025: El anuncio que sacudió el tablero político
La recompensa ofrecida por el gobierno de EE.UU. no fue solo histórica por su monto, sino también por su mensaje: Washington considera a Maduro no solo un dictador ilegítimo, sino un narcoterrorista.
Al anunciar la medida, la fiscal general Pam Bondi acusó formalmente al presidente venezolano de liderar una estructura criminal que incluye el Cartel de los Soles, vínculos con el Tren de Aragua, conexiones con el Cartel de Sinaloa y protección a organizaciones terroristas extranjeras.
Además del impacto político, el anuncio tuvo efectos concretos: EE.UU. reveló incautaciones de activos por más de $700 millones vinculados a Maduro y su entorno, incluyendo aviones privados, yates y cuentas bancarias en el extranjero. Se trató de una ofensiva legal coordinada entre la DEA, el FBI y el Departamento del Tesoro.
La respuesta de Maduro
Maduro calificó la recompensa como parte de una “guerra psicológica” y un “show imperialista”. En televisión nacional, acusó a Estados Unidos de promover un “golpe jurídico internacional” y de buscar su asesinato mediante sobornos disfrazados de recompensas.
Su canciller, Yván Gil, calificó la medida como “inmoral e ilegal”, mientras el oficialismo impulsó una campaña nacionalista para reforzar la narrativa de resistencia frente a una supuesta intervención extranjera.
Además, el líder chavista convocó a masivas movilizaciones populares en todo el país, bajo la consigna de defender la soberanía nacional y repudiar las “agresiones imperialistas”.
Actividad militar en el Caribe
Desde mediados de agosto, Washington ha desplegado en el Caribe al menos ocho buques de guerra y un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear, así como más de 4,500 soldados, como parte de la que describe como una operación contra el narcotráfico.
La movilización también incluye el envío de cazas de última generación F-35B a Puerto Rico, así como helicópteros y tanques anfibios.
El 8 de septiembre, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Dan Caine, visitaron la isla.
Ataques en el Caribe
El 2 de septiembre, el presidente Trump anunció el primero de varios ataques de la Armada de Estados Unidos contra contra embarcaciones pequeñas venezolanas y de supuestos narcotraficantes en aguas internacionales del Caribe.
Desde Caracas, el régimen denunció estas acciones como una “agresión directa” y una violación flagrante de la soberanía venezolana.
La respuesta del régimen
Nicolás Maduro dijo inicialmente que Estados Unidos creó con inteligencia artificial el primer video publicado por el presidente Donald Trump, con imágenes del ataque a un barco que había salido de Venezuela.
Una semana después del ataque, Venezuela acusó a Estados Unidos de cometer un asesinato extrajudicial en altamar al atacar a una pequeña embarcación presuntamente utilizada para el tráfico drogas y en la que viajaban 11 personas procedentes del país sudamericano.
El ministro de Interior, Diosdado Cabello, comentó que la versión de Washington sobre los hechos es “una tremenda mentira” y dejó entrever que según investigaciones del régimen venezolano el incidente podría estar vinculado con la desaparición de algunas personas en una región costera del país que no tendrían vínculos con el narcotráfico.
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