
¿Qué pasará con Nicolás Maduro? Con una recompensa de US$ 50 millones por su captura, la CIA actuando abiertamente en Caracas y fuerzas estadounidenses desplegándose en el Caribe, analistas y políticos de todo el continente se pronuncian sobre el destino del presidente de Venezuela.
Algunos confían en que Estados Unidos lo derroque, al estilo de Saddam Hussein (o de Salvador Allende, o de Manuel Noriega). En las últimas dos semanas, destacados neoconservadores como Bret Stephens y Elliott Abrams han abogado abiertamente, en columnas publicadas en The New York Times y Foreign Affairs, por la destitución directa de Maduro.
Otros se preguntan si Maduro podría marcharse por su propia voluntad. El miércoles, la canciller de Colombia, Rosa Yolanda Villavicencio Mapy, sugirió que una salida negociada de Maduro de la presidencia sería la opción “más sana” disponible.
“Creo que de hecho lo ha considerado, que puede haber una salida, una transición, donde él pueda irse sin que tenga que pasar a lo mejor por la cárcel y que venga alguien que pueda hacer esa transición y que pueda haber unas elecciones que estén legitimadas con un proceso transparente”, afirmó Villavicencio Mapy a Bloomberg News. “Sería lo más sano”.
Poco después, el gobierno de izquierda de Colombia aclaró que el comentario de la canciller no debía interpretarse como un respaldo a que Maduro deje el poder, y subrayó que Colombia no tiene interés en intervenir “en los asuntos internos de otros países”.
Desafiante pese a un año difícil
Ha sido un año complicado para Maduro, quien asumió la presidencia de Venezuela en 2013 tras la muerte del carismático presidente izquierdista Hugo Chávez.
Su autoproclamada victoria en las elecciones venezolanas de 2024 fue impugnada por la oposición y no reconocida por la mayoría del mundo occidental. Estados Unidos lo considera desde hace tiempo un criminal, acusándolo de liderar una estructura delictiva conocida como el “Cartel de los Soles”, que según la mayoría de los expertos, técnicamente no existe.
Recientemente, la administración Trump calificó al Cartel de los Soles como grupo terrorista, lo que abre la puerta a posibles ataques militares estadounidenses en Venezuela.
Para empeorar la situación del asediado presidente, su enemiga política, la líder opositora María Corina Machado, ganó el Premio Nobel de la Paz en octubre. Desde la clandestinidad, Machado ha advertido que el tiempo de Maduro como presidente está llegando a su fin, prometiendo una “nueva era” para Venezuela.
CNN consultó a varios expertos sobre el futuro del líder chavista, quienes coincidieron en que tanto Maduro como su gobierno difícilmente estén dispuestos a entregar el poder de forma voluntaria.
Elías Ferrer, consultor de riesgos en Caracas de Orinoco Research, aseguró que tanto Maduro como sus colaboradores son plenamente conscientes de que dejar el poder sin garantía de inmunidad podría traducirse en prisión o extradición a Estados Unidos.
“Estados Unidos es uno de los pocos países en el mundo que, si te metes con ellos, pueden perseguirte hasta el fin del mundo”, dijo Ferrer. “Están frente a un peligro muy real”.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, aseguró el jueves durante un acto cultural en Caracas que su país “no se rendirá”.
“Lo que vive Venezuela hoy, yo no lo llamaría tiempos peligrosos, no, sino tiempos de definición histórica, de insurgencia histórica. Que sepan que este pueblo no se rinde, no es chantajeable”, afirmó Rodríguez.
David Smilde, experto en Venezuela y profesor en la Universidad de Tulane, declaró a CNN que muchos observadores subestiman el compromiso de Maduro y su entorno con el chavismo, el movimiento socialista bautizado en honor a Hugo Chávez y la ideología que guía al Estado.
“Están preocupados por su seguridad, y están preocupados por su riqueza”, dijo Smilde. “Pero también se consideran revolucionarios, como un proyecto antiimperialista e históricamente importante que le ha hecho un desplante a Estados Unidos, le ha hecho un desplante a la clase política dominante de Venezuela y ha hecho lo suyo durante ya 25 años.”
“Creo que para que Maduro acepte cualquier tipo de transición,” continuó Smilde, “tendría que haber algún tipo de camino para que el chavismo sea una fuerza política viable, para que no haya una caza de brujas contra los chavistas después.”
“Están preocupados por su seguridad, y están preocupados por su riqueza”, dijo Smilde. “Pero también se consideran revolucionarios, como un proyecto antiimperialista e históricamente importante que le ha hecho un desplante a Estados Unidos, le ha hecho un desplante a la clase política dominante de Venezuela y ha hecho lo suyo durante ya 25 años”.
“Creo que para que Maduro acepte cualquier tipo de transición,” continuó Smilde, “tendría que haber algún tipo de camino para que el chavismo sea una fuerza política viable, para que no haya una caza de brujas contra los chavistas después”.
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