¿Por qué no usan las leyes del odio?, por Domingo Alberto Rangel
29 Sep 2025, 11:48 3 minutos de lectura

¿Por qué no usan las leyes del odio?, por Domingo Alberto Rangel

Por La Patilla

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Hay leyes que en sus exposiciones de motivos rezan metas grandiosas como “conservar un clima de paz en el país” con lo que algunos echadores de broma, que nunca faltan, las llaman “leyes de la paz de los sepulcros”.

En realidad no es cierto que mediante tales instrumentos jurídicos se asesinen personas. Tampoco es cierto que esas leyes sean invento nuestro o que sean socialistas ya que se han venido aprobando en legislativos tan distintos como los de Francia, España o Chile.

Sin embargo leyendo los improperios que llenan las redes supuestamente sociales, medios y páginas web donde se opina muchas veces irresponsablemente… esas leyes que repito en nuestro país tienen vigencia… son pocos los juicios que se abren aduciendo la Ley contra el Odio… por ejemplo.

Sobre el tema recuerdo que la Ley Contra el Odio permitió que el entonces diputado Diosdado Cabello se querellara con Miguel Enrique Otero y ganando el primero… se quedó con la sede de El Nacional que Cabello donó a una universidad del estado.

Bien: ese juicio difícilmente puede ser típico de esa ley y tampoco se puede decir que su final contribuyó a que entre los querellados exista la paz.

Pero a ese juicio cuyo final es conocido no me refería sino más bien a los cientos de juicios que pudieran darse, entre venezolanos comunes, no políticos, que no se abren nunca y en los que los jueces de paz no tenemos armas para imponer sentencias… por lo que mejor es no meternos a mediadores hasta que reformen la ley de Justicia de Paz.

Tal situación de una ley vigente que no se usa da pie a desarrollar uno de los grandes problemas de Venezuela que es la debilidad del Poder Judicial.

La cantidad de tribunales, a pesar de que en este siglo se han abierto jurisdicciones especiales para la mujer, el adulto mayor y los niños… es aún escaza.

Los delitos han aumentado desde que la droga irrumpió en el mundo contemporáneo… y también el número de presos y detenidos… pero… en Venezuela ni abren más cárceles… ni tampoco se multiplican los tribunales como se han multiplicado los delitos.

Resolver la situación es vital para nuestra democracia… pero no es tarea fácil.

Más tribunales aparte de exigir la formación de los nuevos jueces y dotarlos de oficinas, sueldo dignos etcétera… termina costando recursos que la Nación ya tiene comprometidos aunque parezcan secundarios como las embajadas en países donde los venezolanos no viajamos.

Y finalmente un Poder Judicial autónomo seguro que molesta a quienes se han acostumbrado a llamar jueces para sugerir sentencias.

Un problema que tampoco es solo nuestro… fijémonos en USA donde el Poder Judicial es la única barrera a las violaciones de la Constitución por parte del presidente Trump.

Eso existe en USA donde tradicionalmente el Poder más poderoso es el Judicial… cosa que aquí no existe ni ha existido nunca… y que en el norte Donald Trump quiere acabar.

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