
Durante una remodelación en la Universidad Estatal de Míchigan, un grupo de antropólogos encontró el cuerpo momificado de una criatura de aspecto extraño, a la que apodaron “CAPacabra” por su parecido con el legendario «chupacabras».
Por Clarín
¿Por qué lo llamaron así? La momia fue llamada “CAPacabra” por los estudiantes del Programa de Arqueología del Campus (CAP, por sus iniciales en inglés) y, al ser comparada con el mítico personaje, surgió este juego de palabras.
Desde su hallazgo, toda la situación se convirtió en un rompecabezas para los investigadores.
Con manos similares a las humanas y una anatomía difícil de clasificar, el ejemplar mide alrededor de 30 centímetros de largo y carece por completo de pelo.
Para la antropóloga Jerielle Green, de la Universidad de Míchigan, esto es llamativo, ya que esperaba encontrar restos de pelaje en zonas protegidas como las orejas. Sin embargo, lo que queda son tejidos secos y frágiles y en algunas partes los huesos están expuestos.

En cuanto a su rostro, el «CAPacabra» que se descubrió en el techo del Cook Hall en mayo de 2018, posee dientes afilados y una frente alta, rasgos propios de carnívoros.
Estas pistas, sumadas a un análisis anatómico y a radiografías, ayudarán a determinar su especie bajo la comparación de otras parecidas.
Luego de un proceso, que implica comparar el cráneo, la dentadura y la fusión de huesos, se estima que el misterioso animal momificado estaba muy cerca de alcanzar la madurez esquelética, aunque no la había completado totalmente, lo que sugiere que se trataba de un ejemplar joven, posiblemente un adolescente en términos de desarrollo.
Si bien se lograron obtener características técnicas importantes, los especialistas aún intentan determinar a qué especie pertenece.
¿Qué animal es?: lo que confunde a los expertos
Durante estos años, los investigadores pensaron que podía tratarse de una zarigüeya. Sin embargo, la forma del hocico y el tamaño de los dientes no coinciden: las zarigüeyas tienen maxilares más puntiagudos y dentadura más pequeña, destacan desde la Universidad Estatal de Míchigan.
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