
La cita en Oslo no es solo importante para María Corina Machado por el reconocimiento a su lucha por la democracia en Venezuela y la visibilidad que le da a su causa en todo el mundo, también lo es porque supone el reencuentro con su familia, de la que ha sido dramáticamente alejada por los métodos represivos del régimen chavista.
Por: ABC
Un familiar detenido, torturado, encarcelado, es moneda de cambio para silenciar. Por eso, Machado decidió poner a los suyos a salvo. Sus hijos dejaron Venezuela en 2012, con regresos esporádicos al país; su madre, ya mayor, dejó el país el pasado mes de mayo; Y sus hermanas también están fuera.
Esta semana, esto puede cambiar, al menos por unas horas, tal vez días. Si finalmente llega a Oslo podrá abrazar a los suyos, y estos a ella.
«Yo tuve que salir y mis otras hijas también. Todas estábamos amenazadas. No por llamadas, sino por policías cerca de la casa. Nos dimos cuenta de que nos estaban siguiendo, tanto a mis hijas como a mí, y a su marido. Y María Corina nos dijo: ‘Váyanse para donde quieran, para donde puedan, pero váyanse de Venezuela’. Estábamos en peligro. Era muy fácil secuestrar a cualquiera y presionarla a ella», expresó sobre la fuerte persecución del chavismo contra familiares de Machado.
LEE TAMBIÉN: Velas, música y lágrimas en Oslo: así homenajearon a María Corina Machado previo a entrega del Nobel (VIDEOS)
La madre de la líder opositora, en torno a las 10 de la mañana del martes 9 de diciembre, declaraba a un grupo de periodistas apostados en la puerta del Gran Hotel que Machado aún no había llegado a Oslo: «No ha venido».
Pero ella mantiene la esperanza de volver a ver de cerca a su hija: «Yo le pido a Dios que la traiga hoy. Todos estamos esperándola».
Para seguir leyendo, hacer clic AQUÍ