
El presidente francés, Emmanuel Macron, se felicitó este domingo por la liberación gracias a la acción diplomática de París del ciudadano francés con raíces chilenas Camilo Castro, que llevaba encarcelado en Venezuela desde finales de junio.
En un mensaje en su cuenta de X, Macron escribió: «Camilo Castro está libre. Comparto el alivio de sus allegados y doy las gracias a todos los que han trabajado para su liberación».
«Francia avanza a veces sin hacer ruido, pero siempre con determinación y sangre fría», señaló el jefe del Estado francés, sin dar más detalles sobre las condiciones en que se ha producido su salida de la cárcel ni la naturaleza de la intervención.
El ministro francés de Exteriores, Jean-Noel Barrot, señaló por su parte en otro mensaje en X que Camilo Castro se encuentra «seguro» en un avión que lo lleva a Francia, donde va a poder reunirse con su familia «en unas horas».
Barrot indicó que «es el honor de nuestra diplomacia haber conseguido que salga de prisión».

Camilo Castro es un profesor de yoga de 41 años, francés por parte de madre y chileno por la de padre (quien se tuvo que exiliar en Francia huyendo del régimen de Augusto Pinochet), que estaba instalándose en Colombia.
El pasado 26 de junio, desapareció cuando fue a la frontera venezolana con la intención declarada de tramitar su visado, en el paso fronterizo de Paraguachon.
Según Amnistía Internacional, que ha seguido su caso, sus allegados dejaron de tener noticias en ese viaje de ida y vuelta por motivos administrativos, y solo supieron de él de nuevo cuando la policía colombiana indicó que estaba detenido en Venezuela.
El 19 de julio, gracias a un intercambio de prisioneros estadounidenses por otros venezolanos, los primeros dijeron que con ellos había estado detenido este franco-chileno y Amnistía Internacional lo localizó en la cárcel de El Rodeo, a las afueras de Caracas, con otros extranjeros.
La ONG señaló entonces que algunos de esos extranjeros detenidos son considerados «opositores políticos» por Venezuela, y que su detención forma parte de «una política sistemática y generalizada de represión de los disidentes». EFE