Luis Manuel Aguana: Un nuevo pacto para Venezuela
08 Dec 2025, 10:37 11 minutos de lectura

Luis Manuel Aguana: Un nuevo pacto para Venezuela

Por La Patilla

Compartir noticia

Intervención en el foro Aniversarios del chat “Crecimiento Personal” y Alianza Bravo Pueblo, ABP, del Estado Apure, 7 de diciembre de 2025

Buenas tardes,

Antes que nada, mi agradecimiento a Rafael Polanía y demás organizadores de este foro por la cordial invitación y, por supuesto, mis felicitaciones por los aniversarios del chat de “Crecimiento Personal” y de Alianza Bravo Pueblo, ABP, en el Estado Apure. Siempre es bienvenida para mí una oportunidad para conversar acerca del proyecto El Gran Cambio de ANCO, y que en estos momentos aciagos del país se hace  cada vez más necesario.

No es para nadie un secreto que desde hace varios años ANCO le ha planteado al país un nuevo modelo de desarrollo, fundamentado en las raíces históricas de la fundación de la República. Hemos explicado una y otra vez que nuestra primera Constitución de 1811, origen de nuestra nacionalidad, estableció un modelo federal de Estado en el que se apuntaron las 7 provincias de la Capitanía General de Venezuela, que estuvieron de acuerdo con cortar lazos independientes del imperio español. Toda nuestra historia republicana comenzó a partir de  ese momento. Y ese modelo federal de Estado fue inspirado en los aires de libertad de los Padres Fundadores de los EEUU, y que se plasmó en su primera y única Constitución sancionada el 17 de septiembre de 1787, poco más de 23 años antes de la nuestra.

Uno de los aportes fundamentales para la humanidad de los Padres Fundadores de los EEUU, y específicamente de Thomas Jefferson (1743-1826), fue la Declaración de Independencia de los EEUU, redactada en 1776. En ella está la mejor definición del principio básico sobre el cual se sustenta toda democracia:

“Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados…” (ver Declaración de Independencia de los EEUU en español, en https://www.archives.gov/espanol/la-declaracion-de-independencia.html).

En este sentido, Jefferson define qué es lo que debe defender y garantizar un gobierno: el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; y que los hombres se organizan en gobiernos para proteger estos derechos. Léase bien: los poderes de los gobiernos derivan del consentimiento de SUS CIUDADANOS. De nosotros. Ese principio fundamental está contenido en el Artículo 347 de la Constitución venezolana de 1999. Porque ese  principio es la razón de la existencia de un gobierno. De allí debemos partir.

Quise aclarar este punto al comienzo de esta presentación porque si lográramos convencer a los venezolanos de este principio fundamental que fue enunciado hace 238 años en los Estados Unidos, y que ya es un principio universal para el todo el mundo, de que la razón por la cual existen gobiernos es para garantizarnos a NOSOTROS, EL PUEBLO (“WE, the People” como comienza la Constitución de los EEUU) el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, y que somos la razón por la cual ellos detentan el poder, entonces estaremos garantizando que cualquier gobierno que venga después de este o cualquier otro, se subrogue a los ciudadanos y tengamos un país verdaderamente democrático, en paz y con libertad para siempre.

Ahora bien, ¿de qué se trata en el fondo nuestra propuesta, El Gran Cambio? ¿Cuál es el concepto que está detrás de todo el planteamiento, que asumo que ustedes ya habrán leído o visto en la presentación que les hice llegar? De llevar al poder lo más cerca posible al ciudadano y que podamos verdaderamente garantizar el principio anteriormente enunciado.

Que todo el entramado de representación popular que se ha distorsionado con los años desde nuestra Guerra de Independencia, por la exigencia del Libertador de centralizar el Estado para pelear una guerra, y que se profundizó después de la separación de Venezuela de la Gran Colombia hasta nuestros días, se revierta de una manera tal que haga regresar a los venezolanos al concepto que prevaleció en los orígenes de nuestra nacionalidad: somos los ciudadanos los que decidimos cómo deberá construirse el Estado para lograr el máximo bienestar posible.

Esta es otra manera de plantear el concepto de la inversión de la pirámide del poder en Venezuela que les expliqué en la presentación que les envié: Primero los municipios, luego los Estados y luego el país reunido en una federación de Estados autónomos, fuertes e independientes, a través de un Nuevo Pacto Constitucional que nos garantice la aplicación de todos estos principios.

Esto es a lo que nosotros llamamos REFUNDACIÓN de Venezuela. Como verán, no he hablado hasta ahora ni la primera vez de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. ¿Y por qué? Porque si no se entiende este concepto antes, lo que he llamado el “para qué” de una Constituyente, no le puede hacer sentido a nadie porque la necesitamos como la herramienta indispensable para poder hacerlo.

Es por eso que no podemos plantearle a nadie una Asamblea Nacional Constituyente si no explicamos para qué la queremos. Y eso es precisamente El Gran Cambio. Pero voy más allá: ¿para qué la queremos en cada Estado del país? El proyecto general que hemos escrito explica cambios en la estructura general del Estado, para de nuevo llegar al Estado federal de una forma actualizada, como, por ejemplo, el regreso a la representación federal de los Estados en un Congreso de dos Cámaras, como ha existido desde los tiempos de la victoria federalista en la Guerra Federal y de la Constitución de 1864, donde el texto constitucional vuelve a llamarse federal de un modo formal.

A ese respecto, la Dra. Irene Loreto González, en un extraordinario trabajo sobre el federalismo, indica: “Esta Constitución (la de 1864), sancionada por la Asamblea Constituyente y promulgada por el general en jefe y presidente de la República, Juan Crisóstomo Falcón, es una de las principales constituciones de Venezuela, porque genera una transformación del sistema constitucional venezolano al establecer la forma federal del Estado y acentuar la descentralización político-territorial contenida en la Carta de 1858” (ver Irene Loreto González, Federalismo como sistema político, en http://historiaconstitucionalvenezuela.blogspot.com/2010/06/federalismo-como-sistema-politico.html).

En nuestro proyecto le asignamos una importancia categórica a una nueva división político-territorial del país, desde la perspectiva municipal en cada Estado, introduciendo un concepto reformulado de provincia. Cada Estado deberá, luego de promulgada una nueva Constitución Federal para la República de Venezuela, establecer una Constituyente para sus propios ciudadanos, que defina su propia identidad y modelo de desarrollo económico de acuerdo con sus propias potencialidades para generar desarrollo y crecimiento económico. Solo ustedes saben las suyas en el Estado Apure.

Eso amerita la definición previa de un proyecto El Gran Cambio para cada Estado, donde se formulen prioridades y organización para cada entidad federal, así como los mecanismos de representación política de cada Estado en la federación. Ese es el siguiente paso de nuestra cruzada, donde ustedes son los protagonistas principales. Nadie puede desde ningún lugar definir qué es lo mejor para ustedes en su propio Estado, solo ustedes lo saben, como dije antes. Quisiéramos trabajar con ustedes para definir el proyecto El Gran Cambio de ANCO en el Estado Apure.

Como podrán notar, lo que planteamos con el Gran Cambio NO ES de ninguna manera un programa de gobierno para una estructura del Estado predefinida. Es una nueva estructura sobre la cual descansará un nuevo modelo de desarrollo político, económico y social, basado en la independencia regional y que representaría un Nuevo Pacto entre gobernantes y gobernados que se  materializaría en una nueva Constitución Política para Venezuela.

Y esto no es de ninguna manera cualquier cosa, y de allí la importancia de esta discusión desde la base misma de la sociedad: el ciudadano. Y más importante aún: una vez definido ese proyecto en cada Estado, es por eso por lo que se lucharía políticamente, y los liderazgos que salgan serán precisamente por defender ese cambio, no la posición de algún dirigente político, ni el liderazgo de nadie, sino la mejora de la calidad de vida de las personas, fundamentados en un proyecto de cambio concreto.

El Gran Cambio es, respetando la debida distancia histórica, un proyecto político de magnitud, como lo fue en su oportunidad el Plan de Barranquilla, pero sin el corte ideológico de la izquierda revolucionaria de quienes lo impulsaron.  El último punto del Programa de ejecución del Plan de Barranquilla establecía “Convocatoria dentro de un plazo no mayor de un año de una Asamblea Constituyente, que elija gobierno provisional, reforme la constitución, revise las leyes que con mayor urgencia lo reclamen y expida las necesarias para resolver los problemas políticos, sociales y económicos que pondrá a la orden del día la revolución…” (ver Rómulo Betancourt, Plan de Barranquilla, 22 de marzo de 1931, en  https://es.wikisource.org/wiki/Plan_de_Barranquilla). No estamos inventando nada que no haya ocurrido en el pasado en Venezuela. La Constitución de 1961 salió de ese Plan.

Los impulsores del Plan de Barranquilla tardaron 30 años en cristalizar ese proyecto que se materializó con la Constitución de 1961 y con 40 años de democracia continua. Lamentablemente, ese modelo se extinguió cuando sus principales protagonistas traicionaron los valores que hicieron posible la democracia pactada en 1958 con el Pacto de Punto Fijo, dándole paso a la nada de un proyecto castro-comunista fracasado. No se puede regresar al mismo sistema anterior so pena de cometer los mismos errores que hicieron colapsar las bases del país en 1992, con el intento de golpe de Estado de Hugo Chávez Frías, y su materialización posterior al llegar al poder en 1998. Debemos comenzar algo completamente nuevo.

Solamente el pueblo puede cambiar la ecuación del poder y revertirla a favor del ciudadano. De allí mi referencia al comienzo a las ideas de libertad que prevalecieron en el mundo a finales del siglo XVIII y que desafortunadamente en Venezuela no se desarrollaron de la misma manera. Es tiempo de entenderlo y reflexionarlo para el futuro. Y este es quizá el mejor momento para esa discusión cuando todo está destruido en Venezuela. Espero haber sumado con ustedes más voluntades para esa noble causa…

Muchísimas gracias…

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

Enlaces relacionados

Noticias Relacionadas