Es mandatorio para cualquier venezolano expresar una palabra de reconocimiento y felicitación al logro de María Corina Machado (MCM) de alcanzar el Premio Nobel de la Paz, independientemente de cualquier diferencia política que se pueda tener con ella. Y digo mandatorio, no solo porque MCM no lo buscó, ni mucho menos, sino por el reconocimiento que ha hecho el Comité del Nobel a la lucha opositora del noble pueblo venezolano que ha encabezado MCM en contra de la tiranía venezolana. MCM logró aglutinar en una sola fuerza el sentimiento nacional de expulsar al régimen de Nicolás Maduro Moros del poder, logrando demostrar esa intención de manera masiva e indiscutible el 28 de julio de 2024. ¡Chapeau!, desde este modesto rincón de la red.
Dicho lo anterior, a partir de ahora, se hace imperativo poner la atención sobre las consecuencias que ese reconocimiento mundial va a tener en la política venezolana, a lo interno y externo, y por supuesto en el desenlace que necesariamente tendrá la situación de hecho que nos ha planteado el gobierno de los EEUU, y en particular su Presidente, Donald Trump, con el asedio militar que sostiene al Cartel de los Soles, sobre el que dicen tener pruebas de ser conducido por los mismos personajes que manejan el gobierno de Venezuela.
Premio Nobel de la Paz como catalizador de un desenlace
La realidad de pasar de una líder opositora perseguida y en clandestinidad, a un Premio Nobel luchando por la libertad en contra de un régimen autoritario, pone las cosas en una perspectiva diferente a los ojos del país y la Comunidad Internacional. Ahora se convierte casi que una obligación del mundo resolver el problema venezolano. En otras palabras, el Premio Nobel resulta en un catalizador de la situación, al punto que sí antes era solo una amenaza la 4ta. Flota de los EEUU en el Caribe, para hacer huir al régimen, resulta que ahora esa designación del Nobel de la Paz la convierte en un hecho.
Y de esa misma manera lo comenzarán a percibir en el régimen de Nicolás Maduro Moros, quienes se sentirán ahora en la misma situación que tuvo Saddam Hussein, al sentir inevitable la invasión de los EEUU en el año 2003. Y decidieron aplicar por eso, gracias a Dios sin éxito, un plan de “tierra arrasada” para así culpar de esa catástrofe al invasor y a sus detractores locales. Veamos cual fue la respuesta de Saddam Hussein en el año 2003, para poder inferir una hipotética reacción a una situación similar en Venezuela en estos momentos:
“El plan de «tierra arrasada» de Saddam Hussein, que se temía que aplicara cuando la invasión de 2003 se hizo inevitable, consistía en una estrategia para destruir la infraestructura vital de Irak y así crear una crisis humanitaria masiva.
El objetivo principal no era solo ralentizar el avance de las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos y Reino Unido, sino también culpar a la Coalición de la destrucción y el sufrimiento humano, con la esperanza de generar una fuerte oposición internacional a la guerra que detuviera la invasión.
Los elementos principales del plan, según la inteligencia estadounidense y británica de la época, incluían la orden de:
1 Destruir los campos petrolíferos: Se temía que se incendiaran los pozos de petróleo, como ya había ocurrido en Kuwait durante la Guerra del Golfo de 1991, para crear un desastre ambiental y económico.
2 Destruir infraestructura crítica: Atacar puentes, represas, plantas de energía eléctrica y redes de transporte para paralizar el país y obstaculizar el movimiento de las tropas invasoras.
3 Destruir sitios de almacenamiento de alimentos: Para generar hambruna y una crisis humanitaria.
4 Uso de armas de destrucción masiva (químicas o biológicas): Existía el temor de que se usaran contra las fuerzas invasoras o incluso contra la propia población iraquí para causar bajas masivas y caos.
¿Qué ocurrió en la práctica?
Aunque las fuerzas de la coalición temían esta estrategia, las fuentes indican que el nivel de destrucción por parte de las fuerzas iraquíes en retirada fue menor de lo esperado. La resistencia organizada se desmoronó rápidamente, y un gran número de tropas iraquíes simplemente optó por no luchar. La destrucción de puentes y pozos petroleros no fue tan generalizada como se había anticipado.
En cambio, la mayor parte de la destrucción y el caos, especialmente los saqueos de edificios públicos e instituciones, ocurrió en el vacío de poder que se generó inmediatamente después del colapso del régimen Baazista de Saddam Hussein y la toma de Bagdad por las fuerzas de la Coalición” (ver IA Gemini, Plan Tierra Arrasada” de Saddam Hussein, en https://g.co/gemini/share/
¿Existe la posibilidad de la aplicación de un plan de esa naturaleza en Venezuela, luego de una posible intervención de los EEUU y/o posible desaparición de los líderes del régimen? Absolutamente toda. Existen elementos armados del régimen custodiando todas las instalaciones petroleras de Venezuela, tienen acceso a los alimentos porque ellos son los que lo distribuyen a las capas masivas de la población, así como el control de puentes, represas, plantas de energía eléctrica y redes de transporte, tal como se describió en el plan de Saddam Hussein. Todo eso sin contar con las asociaciones del régimen con el ELN, las disidencias de las FARC y los famosos colectivos armados con franquicia violenta en las ciudades principales.
¿Cómo se contrarrestaría eso? De la misma manera que en el año 2003 en Irak, que los efectivos armados del régimen no cumplan con esas órdenes en contra de nuestro patrimonio, y lo más importante, que quien se ocupe de la seguridad posterior al posible desplazamiento del régimen, en el medio del vacío de poder que ocurriría, actúe rápida y efectivamente para evitar esa igualmente posible catástrofe del resto de los grupos armados. En Irak se ocuparon de eso las tropas de los EEUU.
¿Sería de esa misma manera aquí? Después del despliegue militar observado en los últimos días por parte de las tropas de los EEUU en Granada y Trinidad, esa pareciera ser la situación real. En otras palabras, una intervención a lo Irak en toda forma, con soldados norteamericanos en el terreno, porque de otra manera no sería posible el sostenimiento de un orden posterior para evitar la “tierra arrasada”.
Seguridad de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia
Una situación que se deriva de este Premio en este momento histórico de Venezuela, es que eleva la importancia relativa de MCM frente al mundo y las facciones políticas en Venezuela (y tal vez también, como consecuencia, la importancia de Edmundo González Urrutia), en un posible plan de “tierra arrasada” descrito. Con este Premio Nobel, MCM se habrá consolidado en su liderazgo para siempre, frente al régimen y su oposición política.
Ese Premio Nobel la ha colocado en otro nivel de competencia –en otro lote-, haciéndola imbatible en cualquier circunstancia de confrontación política futura. No sería descabellado pensar que en su huida, ante la posible inminencia de un cambio, también se agregue al plan de “tierra arrasada” atentar en contra de la vida de esta nueva figura de talla mundial, por lo que se hace necesario redoblar su seguridad en cualquier lugar donde se encuentre (y EGU por añadidura), lugar que muy probablemente ya sea del conocimiento del régimen.
Actitud del no-designado Premio Nobel de la Paz
El Premio Nobel de la Paz era una distinción muy esperada por el Presidente de los EEUU, Donald Trump. Este Premio Nobel de la Paz está siendo más reportado en el mundo, no por quién resultó ser designada, MCM, sino por quién NO FUE designado. Y a este político de influencia mundial le afectó de una manera importante no haber sido designado Premio Nobel de la Paz, por más excusas que haya dado el Comité del Nobel.
La contundente declaración de la Casa Blanca (Trump, por supuesto) en el sentido de que “El Comité del Nobel demostró que prioriza la política por encima de la paz”, ante la designación de MCM, es un asunto super delicado, mas aun cuando todavía no se ha producido el esperado desenlace de la operación militar en Venezuela por parte de los EEUU (ver Infobae, La reacción de la Casa Blanca tras el anuncio del premio Nobel de la Paz para María Corina Machado, en https://www.infobae.com/
De acuerdo a la nota de Infobae, “Desde su regreso a la Casa Blanca para su segundo mandato en enero, Trump ha insistido repetidamente en que merecía el Nobel por su papel en la resolución de numerosos conflictos, una afirmación que, según los observadores, es exagerada”. Pero aun siendo exagerada, el hecho ahora nos afecta directamente a los venezolanos.
¿Afectará de alguna manera esta “afrenta” del Comité del Nobel hacia Donald Trump, el desenlace de Venezuela? Estamos ante un individuo completamente impredecible, y de una vanidad sin límites, y donde cualquier cosa puede afectar sus decisiones. Ese comunicado de la Casa Blanca podría catalogarse, como mínimo, de mezquino hacia MCM y la lucha de los venezolanos, y denota claramente el malestar que le produjo al Presidente de los EEUU la designación de otra persona, en especial la que él se montó al hombro para resolver el caso venezolano.
En las actuales circunstancias y hasta donde han llegado las cosas, solo Donald Trump tiene en este momento la llave para impedir un posible plan de “tierra arrasada” en nuestro país, y materializar un cambio en la situación política de Venezuela, nadie más.
Dada esta circunstancia MCM dedicó de manera inteligente el Premio Nobel de la Paz a Donald Trump: “En su discurso de agradecimiento, Corina ha dedicado el premio al «pueblo sufriente» de Venezuela y al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por «su apoyo decisivo a nuestra causa» (ver el Confidencial, María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz 2025: «Dedico este premio al presidente Trump», en https://www.elconfidencial.