La historia del "vampiro violador", un ingeniero que aterrorizó a Florida con secuestros y sangre
23 Sep 2025, 12:30 4 minutos de lectura

La historia del "vampiro violador", un ingeniero que aterrorizó a Florida con secuestros y sangre

Por La Patilla

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John Brennan Crutchley mantenía comportamientos sádicos y sexuales que reflejaban un patrón de dominio sobre sus víctimas (Fuente: Wikipedia)

 

En el pequeño pueblo de Malabar, Florida, durante noviembre de 1985, una escena aterradora paralizó el tráfico de la carretera. Una joven apareció súbitamente, corriendo desnuda y esposada, visiblemente ensangrentada y aterrorizada.

Por Dante Martignoni | Infobae

Solo alcanzó a suplicar al conductor que se detuvo a ayudarla: “No quiero volver a esa casa, prométame que no me llevará”. Aquella súplica sellada por el pánico y el trauma revelaba que algo fuera de lo común acababa de suceder.

El conductor la rescató y pidió asistencia policial. El personal médico del hospital donde la atendieron confirmó que la víctima había perdido entre el 40% y el 45% de su sangre y presentaba señales de estrangulamiento.

Al declarar ante la policía, contó que un hombre desconocido la secuestró luego de ofrecerle llevarla hasta su destino, la redujo por la fuerza y la mantuvo cautiva en su casa, dejando en evidencia un crimen que trascendió el estado de Florida.

Expertos creen que Crutchley podría haber estado involucrado en decenas de crímenes adicionales, consolidando su caso como uno de los más inquietantes de EE.?UU. (Fuente: Instagram)

 

Pruebas de un crimen atroz

La investigación llevó de inmediato a la casa de John Brennan Crutchley, ingeniero de 39 años, empleado de alto rango en una empresa tecnológica de defensa.

Allí, los agentes hallaron decenas de tarjetas de crédito a nombre de distintas mujeres y una colección de collares femeninos. Según reportes de medios locales como el South Florida Sun-Sentinel y diversos podcasts dedicados a casos criminales, estos hallazgos generaron alarma sobre la posible existencia de múltiples víctimas.

El FBI ordenó un segundo allanamiento, pero cuando los agentes regresaron los collares ya no estaban. Su desaparición reforzó la hipótesis de la fiscalía sobre la existencia de múltiples víctimas y abrió la sospecha de que alguien había intentado ocultar pruebas, eliminando así material que podía ser clave para la acusación.

Su expediente sigue siendo uno de los más oscuros de Estados Unidos, marcado por manipulación, abuso y conductas extremas (Fuente: Findagrave.com)

 

El perfil del sospechoso

Crutchley, nacido en 1946 en Clarksburg, Virginia Occidental, se destacó por su talento en tecnología y matemáticas. Estudió ingeniería en la Universidad George Washington y obtuvo un máster en administración de ingeniería en los años 70, trabajando posteriormente en empresas tecnológicas con acceso a información confidencial.

Recibió el apodo de “Violador Vampiro” porque, a su única víctima confirmada, la atacó sexualmente mientras le drenaba la sangre casi hasta la muerte.

Según declaró posteriormente su esposa, el acusado poseía una marcada obsesión por el control y mantenía conductas sexuales extremas que traspasaban cualquier límite.

La policía sumó a la investigación los testimonios de varias mujeres que refirieron episodios inquietantes y comportamientos inapropiados por parte de Crutchley.

John Brennan Crutchley.

 

Rastro de potenciales víctimas

El agente especial Robert Ressler del FBI detectó nexos preocupantes entre Crutchley y otras desapariciones sin resolver en Florida y en otros estados.

Ressler señaló coincidencias entre la metodología del acusado y varios casos registrados en el condado de Brevard. Se descubrió que el año anterior, Crutchley residía en Pensilvania, donde también se reportaron desapariciones bajo circunstancias similares.

Uno de los expedientes emblemáticos asociados indirectamente fue el de Deborah Fitchon, secretaria desaparecida en 1978 en Virginia tras su última reunión con el sospechoso.

Si bien la investigación confirmó que Crutchley fue la última persona que vio con vida a Fitchon, la ausencia de pruebas materiales impidió su imputación formal en aquel momento.

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