
En pleno agosto, con el inicio de clases a menos de un mes, el panorama en el boulevard de Sabana Grande luce contrastante: vitrinas llenas de uniformes y útiles, pero tiendas semivacías. La razón es simple: los padres hacen cuentas antes de gastar.
Por Finanzas Digital
«¿En cuánto las chemises amarillas?» pregunta una mujer a un vendedor informal. «Cuatro dólares», responde. Ella se marcha sin comprar: «Solo estoy sacando cuentas», admite. Su caso no es aislado. Varios padres consultados aseguran que aún no han comenzado las compras escolares.
El costo del regreso a clases
Según precios relevados por El Pitazo, equipar a un niño con útiles y uniformes requiere al menos 100 dólares. Una cifra que golpea fuerte si se compara con el salario mínimo venezolano, que en agosto no llega a 1 dólar, y con el salario promedio del sector privado, estimado en 237 dólares en abril por el Observatorio Venezolano de Finanzas.
Las prioridades se imponen. Una madre de una adolescente de cuarto año explicó que primero pagará la inscripción del liceo y más adelante, en septiembre y octubre, comprará lo que falte: «De momento solo tenemos las chemises nuevas».
Otro padre asegura que recurrirá a compras a plazos o financiamiento a través de plataformas como Cashea: «Primero formalizamos la inscripción, luego vamos poco a poco con lo demás».
Estrategias de supervivencia
Ante la presión económica, las familias se dividen entre quienes compran de forma escalonada, quienes reutilizan lo del año pasado y quienes se adelantaron desde comienzos de año.
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