Sí, esto se está terminando.
A Nicolás Maduro le queda muy poco tiempo; pues, su realidad no solo es que perdió una elección y se la robó, no es que casi el 90% del país lo rechaza, sino que frente a él está una flota completa decidida a sacarlo del poder.
No se trata de luchar contra jóvenes desarmados en las calles de Caracas; no se trata de contraponer a soldados armados y protegidos con equipos anti-motín contra muchachos lanzando piedras y con escudos de cartón. No, la cosa es diferente.
Se trata del mejor ejército del mundo, con la mejor tecnología militar del mundo apuntando sus arma contra los cabecillas del Cártel de los Soles que usurpan el poder en Venezuela. La cosa no es juego.
Maduro sabe que los marines poseen el entrenamiento para doblegar a sus ficticios milicianos y sus colectivos; él, además, sabe muy bien que Putin no lo salvará y que los chinos están muy lejos de participar en un enfrentamiento bélico con su principal cliente, EEUU, por él.
La República Popular China ha respirado profundo y ha evitado alzar la voz –más de lo razonable– ante la situación de China Taipei (Taiwán) porque no quieren despertar a un gigante dormido.
Igualmente, Maduro no puede voltear su mirada hacia Irán, pues ellos mismos poseen demasiadas derrotas militares, científicas y económicas por parte de EEUU e Israel.
Ante semejante situación es más que evidente que Nicolás Maduro se encuentra solo; más allá de algunas palmaditas en la espalda y algún discurso altisonante, como el pronunciado por el devaluado y casi permanente alucinado presidente de Colombia –Gustavo Petro–, él no va a recibir absolutamente nada.
Fuera del país no se trata de un bloqueo diplomático ni siquiera de las sanciones económicas, lo que estamos hablando es de una grave realidad militar que Maduro ni ningún otro en el epicentro del poder venezolano puede solucionar.
Es por tal razón que Maduro está contra las cuerdas.
Y, en medio de ese desastre para él, decide crear un circo a su alrededor, nombrando generales, saliendo en búnker de papel y realizando videos de movimientos militares efectuados con Inteligencia Artificial.
Sin dudas, ver a Maduro nombrando a Francisco Arias Cárdenas como General es una imagen, que como dirían los jóvenes de hoy, es totalmente “random” e impresionante, por su nivel de ridiculez.
Estamos viendo los últimos días, las últimas patadas de ahogado. Estamos viendo el desespero de un narco-régimen que está acorralado y sin posibilidad de escape. Pues, como buenos capos, todos ellos terminarán su actividad delincuencial de forma violenta.
Esto es el fin.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.