
Hace apenas un año, Vinicius Júnior estaba en la cúspide. El brasileño, bandera del Real Madrid campeón de Liga y Champions, aparecía en todas las quinielas como gran favorito al Balón de Oro 2024. Tanto que, cuando se filtró que el galardón iba a ser para Rodri, el delantero y el Madrid decidieron no viajar a la gala de París en un gesto tan polémico como simbólico: sentía que aquella era su oportunidad y que se le escapaba entre los dedos.
Por: Marca
Un año después, el contraste es brutal. En la edición de 2025, Vinicius apenas aparece en la 16 posición. Un desplome que refleja con crudeza lo que ha sido su trayectoria reciente: un bajón de rendimiento sostenido que ha marcado un antes y un después en su carrera. Desde aquel golpe moral, el brasileño no ha vuelto a ser el mismo.
Si con Carlo Ancelotti era intocable, con Xabi Alonso ya no lo es tanto. El nuevo técnico blanco, exigente y meticuloso, ha dejado claro que su Real Madrid no gira alrededor de Vinicius. Su rol sigue siendo importante, pero ya no es vital. El brasileño se ha visto eclipsado, tanto por la irrupción de Mbappé como por la estructura colectiva que exige Alonso, donde el brillo individual queda en un segundo plano.
La oportunidad perdida
En el contexto del Balón de Oro, Vini es consciente de que 2024 fue su gran ocasión. Un premio que habría coronado su carrera y que ahora parece mucho más lejano. Con Mbappé como compañero, sus opciones se reducen de forma drástica: ganarán los mismos títulos, pero el francés siempre marcará más goles y tendrá mayor impacto mediático. La lógica del fútbol y del premio juega en su contra.
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