El presidente electo de Venezuela, Edmundo González, denunció este martes que las violaciones de derechos humanos en el país no solo persisten, sino que se han intensificado, tras la publicación de un nuevo informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Por: lapatilla.com
A través de un mensaje difundido en su cuenta oficial de X (antes Twitter), González afirmó que el documento vuelve a confirmar una realidad “que ya no admite dudas” y respaldó las conclusiones de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos, la cual ha señalado de forma reiterada la existencia de prácticas sistemáticas como detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas e incomunicación prolongada de familiares.
“El patrón se agrava con el tiempo. No son hechos aislados ni excesos circunstanciales”, sostuvo el presidente electo, al tiempo que subrayó que estas acciones forman parte de una política deliberada ejercida desde el poder.
González aseguró comprender “en carne propia” la angustia que viven cientos de familias venezolanas que desconocen el paradero o las condiciones de sus seres queridos, y calificó esa incertidumbre como una forma de violencia utilizada para quebrar a las personas y disciplinar a la sociedad.
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En su pronunciamiento, hizo un llamado directo a la comunidad internacional, advirtiendo que frente a violaciones sistemáticas de derechos humanos no basta con observar
. “Quienes miran hacia otro lado o reducen estos hechos a una disputa ideológica asumen una forma de responsabilidad. La omisión también genera consecuencias”, expresó.
Asimismo, destacó el rol del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, al señalar que mantener y fortalecer sus mandatos, garantizar el seguimiento de los informes y exigir cooperación efectiva “no es un gesto político, sino una obligación frente a las víctimas”.
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Asimismo, Edmundo González advirtió que no será posible una paz duradera ni una reconciliación real en Venezuela mientras no se detengan las violaciones, no exista rendición de cuentas y los derechos humanos continúen siendo tratados como un tema secundario.
“La defensa de la dignidad humana no admite neutralidad”, concluyó.
