La Cuba comunista, después de haber exprimido hasta la última gota a la Venezuela chavista, ha decidido dejar solo a Nicolás Maduro.
El vicecanciller cubano, Carlos Fernández de Cossío, ha declarado que la isla no se sumará a una confrontación militar con Estados Unidos para defender al régimen moribundo venezolano.
Esta decisión, fría y pragmática, marca el ocaso de una alianza que durante décadas fingió ser irrompible frente al «imperialismo yanqui».
La noticia cayó como un balde de agua fría sobre Maduro y sus cómplices, cuya permanencia en el poder pende de un hilo delgado y frágil.
Ante la comunidad internacional, el abandono de Cuba no es solo una traición, es el reconocimiento tácito de la soledad del régimen narcoterrorista de Maduro y su banda.
La isla, que otrora recibió miles de millones de dólares y petróleo venezolano a cambio de apoyo político y estratégico, parece haber calculado que el costo de respaldar a un régimen tambaleante es demasiado alto.
En La Habana, donde la supervivencia siempre ha sido un arte, la lealtad tiene un límite, y ese límite acaba de atravesarse.
Este desmarque no solo debilita a Maduro, sino que envía un mensaje poderoso y devastador al mundo, sobre el estruendoso fracaso del llamado proyecto bolivariano, que alguna vez soñó con unir a toda América Latina bajo una bandera antiimperialista.
La retórica de la «revolución» suena cada vez más hueca, cuando incluso los camaradas más fieles prefieren dejarlo que se entierre al sacrificio.
Cuba, experta en resistir embates y tempestades, ha elegido mirar hacia otro lado, dejando a Maduro enfrentarse solo a las tormentas que, según el nuevo parecer de los más altos funcionarios de los Castro y Díaz Canel, “él mismo ha sembrado».
En Caracas, el silencio es ensordecedor.
Sin Cuba, Maduro no solo pierde un aliado, sino también una parte de su propia identidad.
La pregunta ahora es: ¿quién seguirá a un líder que ya nadie quiere defender? ¿Y hasta cuándo podrá sostenerse en un poder cada vez más frágil y condenado?
Todo indica que el final de Maduro y su pandilla está cerquita.