
Donald Trump prometió en la campaña electoral que lo llevó de vuelta a la Casa Blanca que acabaría con la inmigración irregular hacia Estados Unidos.
Por BBC
El entonces candidato aseguró que acometería la «mayor campaña de deportación de la historia de Estados Unidos» para terminar con lo que describe como una «invasión» de «extranjeros ilegales» y «peligrosos criminales», a los que, en contra de lo que señalan los estudios sobre el tema, vincula con la delincuencia.
Pero los ocho primeros meses de su presidencia han puesto también en su punto de mira a la migración legal hacia Estados Unidos con el fin, asegura, de favorecer a los trabajadores estadounidenses.
Hay denuncias de que extranjeros con sus documentos en regla han sido detenidos en las redadas contra inmigrantes en situación irregular que proliferan en todo el país y el gobierno ha tomado decisiones políticas de alto impacto que han cerrado muchos caminos a quienes intentan migrar cumpliendo la ley.
Estados Unidos, que durante décadas fue visto en todo el mundo como una tierra de oportunidades y un imán para el talento mundial, está reduciendo -con Trump al mando- vías de llegada a su territorio y de permanencia legal en él.
La nueva política restrictiva de parte del gobierno coincide con las ideas del influyente activista trumpista Charlie Kirk, asesinado el 10 de septiembre en un crimen que conmocionó a Estados Unidos.
Kirk había publicado unos días antes un mensaje contra la inmigración. «Estados Unidos está lleno» afirmó Kirk, que pidió: «Pongamos finalmente por delante a nuestra gente».
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