
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos no solo reordenó la política interna norteamericana: también reconfiguró el mapa de alianzas y confrontaciones en Latinoamérica.
Por: El Tiempo
La relación con Nicolás Maduro se convirtió en el eje central de esta nueva etapa. Washington acusa al mandatario venezolano de vínculos con redes de narcotráfico, mientras Caracas responde denunciando un intento de “cambio de régimen”.
Los aliados estratégicos en la región
De acuerdo con The Wall Street Journal, Trump reforzó lazos con líderes que comparten su visión política. En Argentina, Javier Milei encontró respaldo financiero y político directo desde Washington, lo que se tradujo en un swap de divisas y promesas de apoyo en medio de la inestabilidad económica.
En El Salvador, Nayib Bukele reactivó su relación privilegiada con Estados Unidos aceptando recibir migrantes deportados, incluso de otras nacionalidades, lo que consolidó su posición frente a las críticas por violaciones a derechos humanos.
Daniel Noboa, en Ecuador, se alineó con la ofensiva militar estadounidense contra el narcotráfico en el Caribe, mostrando disposición a ampliar la cooperación en seguridad.
En el otro extremo se encuentran gobiernos que rechazan frontalmente la estrategia de Trump. Gustavo Petro en Colombia criticó el enfoque militarista y sufrió la retirada de la certificación antidrogas, lo que tensó aún más los lazos bilaterales.
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