
Este es el contexto: Cuando el Chelsea desembolsó 100 millones de euros por Mijailo Mudryk en enero de 2023, pocos imaginaban que apenas dos años después su carrera daría un giro tan radical. De ser la gran promesa del fútbol ucraniano y una de las joyas más veloces del viejo continente, a quedar fuera de los terrenos de juego por una sanción por dopaje. Hoy, en un movimiento que ha sorprendido al mundo del deporte, Mudryk ha decidido cambiar el balón por las zapatillas de clavos. Su objetivo es competir en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 como velocista del equipo nacional ucraniano.
Sí, el mismo Mudryk que debutó en la Premier League batiendo récords de velocidad, con una punta de 36,67 km/h en su primer partido con el Chelsea, ahora quiere convertir esa explosividad en medallas olímpicas.
De promesa europea a estrella caída
Mijailo Mudryk llegó a Stamford Bridge con el aura de superestrella. Tras deslumbrar en el Shakhtar Donetsk con actuaciones explosivas en la Champions League y en la liga ucraniana, el extremo ucraniano se convirtió en uno de los jugadores más codiciados del mercado invernal de 2023. El Chelsea se adelantó al Arsenal en la puja, pagando una cifra cercana a los 100 millones de euros, incluyendo variables. En su llegada a Inglaterra, Mudryk prometía velocidad, desequilibrio y una frescura que rejuvenecería el ataque del equipo londinense.
Pero el cuento de hadas duró poco. En abril de 2025, estalló la bomba. Tras un control antidopaje rutinario realizado en marzo, la FA confirmó que Mudryk había dado positivo por una sustancia prohibida. El Chelsea no dudó en tomar medidas y rescindió su contrato.
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