
Un fallo judicial emitido en Medellín ha marcado un precedente en la vida personal y profesional del cantante de reguetón Beéle, al reconocerlo como víctima de violencia intrafamiliar, por su conflictiva separación de Camila Andrea Rodríguez Ascanio, conocida como Cara.
Por Infobae
La decisión, que surge tras meses de acusaciones cruzadas y una exposición mediática, ha puesto en el centro del debate público la compleja relación entre ambos artistas y el impacto de sus disputas en el bienestar de sus hijos.
El reciente fallo fue emitido por la Comisaría de Familia Comuna Dieciséis de Medellín y establece que Beéle, cuyo nombre real es Brandon de Jesús López Orozco, fue objeto de violencia física, psicológica, económica y emocional durante los últimos meses de convivencia con Rodríguez Ascanio.
El documento judicial detalla que la evidencia presentada por el cantante resultó determinante para establecer la existencia de estos hechos, en contraste con la denuncia inicial presentada por Cara contra el artista.

Entre las pruebas figuran informes psicológicos y documentales que evidencian al menos tres episodios de agresión física, así como patrones de manipulación emocional, abuso psicológico, control financiero, y coerción religiosa.
Como resultado, la justicia ordenó medidas de protección a favor de Beéle, incluyendo la prohibición a Rodríguez Ascanio de realizar actos que puedan afectar la integridad o el buen nombre del cantante, la obligación de iniciar terapia psicológica y la exigencia de facilitar la comunicación de sus hijos con su padre.
Historia de amor y trabajo conjunto en la música urbana
La relación entre Beéle y Cara comenzó años atrás, cuando ambos se conocieron durante su etapa universitaria. Cara, originaria de Barranquilla y estudiante de comunicación social, inició una relación sentimental con el entonces aspirante a artista urbano.
Con el tiempo, la pareja consolidó un vínculo tanto personal como profesional, llegando al matrimonio y trabajando juntos en la carrera musical de Beéle.
Según relató Cara en el pódcast Un tal Fredo, no solo asumió el rol de mánager del cantante, sino que también participó como corista en varias de sus canciones, contribuyendo al ascenso de Beéle en la escena urbana.
“En un momento empecé a hacer los coros de las canciones, y estaba feliz, aun cuando no era la artista principal… todo el mundo me decía que por qué yo no cantaba (como solista), y en ese momento yo decía que no, porque es el momento de él», expresó la creadora de contenido.
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