
La entrega del Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado, recibido en su nombre por su hija, Ana Corina Sosa Machado, se convirtió este miércoles en Oslo en un emotivo testimonio de resistencia venezolana y una reafirmación del valor universal de la libertad.
Por lapatilla.com
Machado, que permanece en la clandestinidad desde inicios de año, no pudo asistir a la ceremonia. Sin embargo, su hija aseguró ante el mundo que este mismo miércoles se reunirán en Oslo, después de meses de persecución y aislamiento.
En su intervención inicial, Ana Corina Sosa expresó:
“Agradezco en nombre de Venezuela la entrega del Premio Nobel de la Paz a mi madre, María Corina Machado.”
La joven señaló que el reconocimiento pertenece a todo un país que ha enfrentado más de dos décadas de represión.
“El régimen se propuso dividirnos: por nuestras ideas, por raza, por origen, por la forma de vida. Quisieron que los venezolanos desconfiáramos unos de otros, que nos calláramos, que nos viéramos como enemigos. Nos asfixiaron, nos encarcelaron, nos mataron, nos empujaron al exilio.”

El auditorio respondió con una ovación que interrumpió por segundos el programa oficial.
Al iniciar la lectura del discurso preparado por su madre, Ana Corina marcó uno de los momentos más esperados de la ceremonia.
En su mensaje, María Corina Machado describió los meses de lucha en la clandestinidad y la estrategia cívica que asegura haber seguido coordinando desde la sombra:
“Durante estos dieciséis meses en la clandestinidad hemos construido nuevas redes de presión cívica y de desobediencia disciplinada, preparándonos para una transición ordenada hacia la democracia.”
Añadió que este premio llega en un momento crucial para el país:
“Hoy resuena el clamor de millones de venezolanos que ya sienten cercana su libertad. Este premio recuerda al mundo que la democracia es esencial para la paz.”
Machado también dejó un mensaje que definió como “la mayor lección venezolana”:
“Si queremos tener democracia, debemos estar dispuestos a luchar por la libertad. La libertad se conquista cada día.”
En otra parte del discurso, Machado hizo un recuento de los 30 años de enfrentamiento a la estructura autoritaria que gobierna Venezuela:
“Han sido casi tres décadas de lucha contra una dictadura brutal, y lo hemos intentado todo: diálogos traicionados, protestas multitudinarias reprimidas, elecciones manipuladas. La esperanza se derrumbó, y con ella se fue apagando la fe en que algo pudiera cambiar.”
Sin embargo, aseguró que esa realidad está cambiando y reivindicó el esfuerzo colectivo:
“La causa de Venezuela trasciende nuestras fronteras. Un pueblo que elige ser libre no solo se libera a sí mismo, sino que contribuye con toda la humanidad.”