Un Nobel para Venezuela, por José Luis Méndez La Fuente
11 Oct 2025, 02:56 5 minutos de lectura

Un Nobel para Venezuela, por José Luis Méndez La Fuente

Por La Patilla

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Los venezolanos en todo el mundo se levantaron el día de hoy, 10 de octubre, con la buena nueva de que María Corina Machado acababa de ganar el Premio Nobel de la Paz en razón de “su incansable trabajo promoviendo los derechos democráticos para el pueblo de Venezuela”. Una noticia que estoy seguro ha sido acogida con beneplácito y orgullo por la inmensa mayoría de ellos.

El galardón es el segundo para un venezolano, luego del otorgado de manera compartida al científico Baruj Benacerraf en 1980 en el campo de la fisiología y medicina. Un reconocimiento en el caso de María Corina Machado a su trayectoria caracterizada por una consistente, coherente y heroica postura cívica y política, que durante los últimos 15 años la ha llevado a convertirse en la dirigente más sobresaliente de la oposición de Venezuela. Una carrera política que oficialmente se inicia con su curul como diputada, obtenida en la elecciones legislativas del año 2010 y de la cual fue separada en el 2014 mediante una sentencia muy polémica del Tribunal Supremo de Justicia, considerada más una jugarreta política que una decisión legal y que a la postre sirvió para inhabilitarla de la carrera legislativa a la que no podría volver.

Si tuviéramos que buscar un hecho de trascendencia internacional, un hito, si se quiere, en su corta caminata, de escasos cuatro años como diputada de la Asamblea Nacional de Venezuela, que haya dejado una profunda huella y marcado de manera definitiva su futuro político como una líder de fuertes convicciones y con el carácter necesario para defenderlas, sin temores ni complejos de ningún tipo, no nos queda la menor duda de que la gran mayoría estaría de acuerdo en señalar su enfrentamiento con el presidente Hugo Chávez en enero del año 2012 como el más significativo.

En el recuerdo de los venezolanos todavía se conserva fresca aquella inesperada intervención que serviría para ver en televisión y demás medios de comunicación como la novel diputada se atrevía a decirle en su cara al presidente Hugo Chávez, en plena sesión parlamentaria y luego de que él terminara de pronunciar su discurso de Memoria y Cuenta al país, que las madres venezolanas carecían de leche para sus hijos o que las expropiaciones realizadas al sector privado equivalían a un robo, y terminar luego su diatriba, en medio del asombro e incredulidad del resto de los diputados, invitados especiales y demás público presente en el hemiciclo, con una invitación a Chávez para debatir los grandes problemas del país, reto que el presidente venezolano con su característica personalidad evadió, contestándole a la flamante diputada de la oposición que no la iba a insultar, pese a haberlo calificado a él de ladrón, y que solo debatiría con ella cuando alcanzase el ranking correspondiente al que no pertenecía ahora, para lo cual debía obtener antes la victoria en las primarias de la Mesa de la Unidad y convertirse luego en la candidata de la oposición. Un evento preelectoral que se efectuó el día 12 de febrero del 2012, previo a los comicios presidenciales pautados para principios de octubre de ese mismo año, que Chávez sabía perfectamente que era imposible que ganara María Corina Machado, pues todas las encuestas indicaban que el precandidato Henrique Capriles le llevaba una ventaja de más del doble al segundo en la lista, el exgobernador del Zulia, Pablo Pérez Álvarez, que posteriormente se materializó en las urnas en las que las papeletas a favor de Machado, que quedó en tercer lugar, no llegaron al 4%.

Como es sabido, Chávez consiguió la reelección una vez más, en esos comicios presidenciales de comienzos de octubre del 2012 y es más que seguro que hubiera ganado los siguientes a los que se presentase de estar vivo. Lo que sí nunca sabremos, de no haber fallecido Chávez, es si ese debate con María Corina Machado se hubiese producido algún día, ya que luego de alcanzar la clasificación requerida por él, al convertirse ella en candidata de la oposición para las elecciones del pasado año 2024, volvió a ser inhabilitada para participar en procesos electorales y desempeñar cargos públicos. Particularmente, pienso que no, pues como ya dijimos en Techos Rojos, aunque a Chávez le gustaba la confrontación, nunca debatió con ninguno de sus rivales políticos de turno con el famoso pretexto aquel de que «águila no caza moscas».

Si bien María Corina Machado se merecía un premio desde hace tiempo, no estoy seguro de si este Nobel de la Paz que acaba de recibir es el que más le convenía a Venezuela en este momento, no precisamente de paz mundial. Eso lo dirá el tiempo, solo confiemos en que este Nobel sea un anticipo del verdadero premio que todos los venezolanos esperan y no quede convertido en un premio de consolación.

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