
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este martes que Washington posee el arsenal nuclear “mejor” y “más nuevo” del mundo, reforzando su mensaje de superioridad armamentística sobre Rusia o China en presencia de militares. Durante su intervención en una inusual reunión de altos mandos celebrada en una base del Cuerpo de Infantería de Marina en Quantico, Virginia, el mandatario recordó el reciente despliegue de dos submarinos nucleares estadounidenses junto a las costas rusas, decisión que vinculó a los comentarios “incendiarios” del expresidente ruso Dimitri Medvedev, ahora vicepresidente del Consejo de Seguridad.
Por Infobae
“Recientemente, Rusia nos ha amenazado un poco y he enviado un submarino nuclear. El arma más legal jamás fabricada”, declaró Trump en el encuentro con la cúpula militar. Afirmó además que estos submarinos son “imposibles de detectar” y sostuvo que Estados Unidos lleva “25 años de ventaja” sobre Moscú y Beijing en tecnología nuclear. Trump advirtió que, si bien “en cinco años”, Rusia y China podrían igualarse en capacidad, en la actualidad el arsenal estadounidense es más moderno y numeroso: “si llega a usarse, tenemos más que nadie. Lo tenemos mejor, más nuevo, pero es algo en lo que ni siquiera queremos pensar”.
En este contexto, Trump anunció que está estudiando resucitar el concepto obsoleto del acorazado (battleship), clase de navío de ataque masivo retirada tras la Segunda Guerra Mundial. “Creo que deberíamos comenzar a pensar en los acorazados (…). Cuando veo a esos navíos que iban acompañados por destructores. No había nada que los pudiera detener (…). Algunos dirán que es tecnología obsoleta. Pero, no sé. (…) Es algo que estamos, de hecho, considerando”, manifestó Trump ante los oficiales, insistiendo en que los nuevos ingresos fiscales provenientes de aranceles permitirían adquirir “un montón de acorazados”, pese a reconocer que el término es “anticuado”.
Trump evocó con nostalgia el Iowa, último acorazado estadounidense ahora convertido en museo en el puerto de Los Ángeles, y mencionó su afición al documental “Victory at Sea”, sobre la guerra naval en los años cincuenta. Estados Unidos fue el último país en operar acorazados, retirando el Missouri en 1992. Estas embarcaciones superaban las 58.000 toneladas de desplazamiento y contaban con cañones de 16 pulgadas. Rusia mantiene aún un navío de tamaño comparable, el clase Kirov, aunque está catalogado oficialmente como crucero de batalla, no acorazado.
El discurso de Trump incluyó referencias a lo que denominó “guerra interna” en el país, vinculando crimen e inmigración, y anticipó la participación del ejército en operaciones de orden interno. Según declaraciones recogidas por medios estadounidenses, Trump afirmó: “Vamos a enderezar esas ciudades una a una, y esto será una tarea importante para algunos de los presentes en esta sala. Esa también es una guerra, una guerra interna”. Añadió que había ordenado la creación de una fuerza de respuesta rápida militar para contener posibles disturbios internos porque “es el enemigo desde dentro, y debemos abordarlo antes de que se descontrole”.
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