Murió mientras jugaba, estrangulado por el cordón de la sudadera que se enganchó en una rama de un árbol, en el jardín de la guardería, sin posibilidad de sobrevivir.
Por: El Mundo
Leonardo Ricci tenía solo dos años, víctima de la tragedia ocurrida en la mañana del 12 de noviembre, en un centro de educación infantil de Soci, la más importante de las pedanías de Bibbiena, la capital del Casentino.
La desesperación de los padres, muy jóvenes, de entre veinte y treinta años, de los abuelos, de los demás familiares y de las familias de todos los pequeños que acudieron enseguida a la guardería Ambarabà Ciccì Coccò es, por desgracia, fácil de imaginar. Basta mencionar a la tía abuela (hermana de uno de los abuelos) fuera del supermercado del pueblo: «No se puede morir así, con solo dos años», pocas palabras en un mar de lágrimas.
El terrible accidente ocurrió entre las 11:00 y el mediodía. El día era hermoso, con un sol radiante, y los pequeños alumnos habían sido llevados fuera de la guardería para jugar en el jardín. Y, quizá mientras corría, la sudadera que el niño llevaba puesta se enganchó en una rama, oprimiéndole el cuello y dejándole sin aliento.
Bastaron unos pocos segundos para provocar lo irreparable. Las maestras acudieron de inmediato y dieron la voz de alarma, que envió una ambulancia al lugar. Los equipos de emergencia intentaron desesperadamente reanimar al pequeño durante más de una hora.
Puedes leer la nota completa en El Mundo
