
En un nuevo episodio de tensiones geopolíticas en el Caribe, el tanquero sancionado BOLTARIS, parte de la controvertida «flota sombra», no pudo descargar diluyente de crudo en los puertos de La Guaira, Venezuela.
Por: lapatilla.com
El incidente, reportado este viernes 12 de diciembre, coincidió con el sobrevuelo de aviones de combate estadounidenses F/A-18E Super Hornet cerca de las islas de Aruba, Bonaire, Curazao y los alrededores de las costas venezolanas.
Este suceso ocurre apenas dos días después de que fuerzas militares de EEUU interceptaran y confiscaran el superpetrolero Skipper, un buque de la flota fantasma destinado a Cuba con crudo venezolano sancionado.
BOLTARIS, un tanquero químico de productos de petróleo clasificado con «problemas de cumplimiento» por sanciones internacionales, llegó a Aruba OPL (Oil Pollution Levy) aproximadamente el 7 de diciembre.
LEE TAMBIÉN: Reuters: EEUU se prepara para incautar más petroleros frente a las costas de Venezuela
Según datos de seguimiento marítimo, el buque estuvo navegando sin rumbo fijo desde entonces, con destino final a Argelia. Su calado de 12,3 nudos, indicó que se marchó de puertos venezolanos sin poder completar la operación de descargar una gran cantidad de diluyente.



El diluyente es esencial para procesar el crudo pesado venezolano de Pdvsa (Petróleos de Venezuela, S.A.), permitiendo su exportación ilegal pese a las sanciones de EEUU impuestas desde 2019.
Fuentes marítimas destacaron que el BOLTARIS forma parte de la red de buques «fantasma» que evaden rastreo mediante manipulación de señales AIS (Sistema de Identificación Automática), una práctica común en envíos a aliados como Cuba, China e Irán.
LEE TAMBIÉN: Dos cazas F-18 y un avión radar de EEUU fueron vistos operando cerca de costas venezolanas
Este fracaso en la descarga sucedió paralelamente, cuando los radares civiles como Flightradar24 captaron el vuelo de al menos cuatro F/A-18E Super Hornet de la Marina de EEUU, con callsigns «RHINO», operando bajo la «Operación Lanza del Sur».
Los aviones patrullaron al norte de Curazao, a unos 20-40 minutos de las costas venezolanas, a altitudes de hasta 29.000 pies y velocidades de 387 nudos. Este despliegue, visible en tiempo real, involucró también aviones de guerra electrónica EA-18G Growler, sugiriendo pruebas a las defensas aéreas venezolanas equipadas con sistemas rusos S-300.

