El gobierno de facto talibán advirtió este domingo a Estados Unidos contra la repetición de «experiencias fallidas» y recordó los compromisos del Acuerdo de Doha, en respuesta a las declaraciones del presidente Donald Trump, quien mostró en los últimos días su interés en recuperar la base aérea de Bagram, bajo control talibán desde 2021.
En un comunicado difundido este domingo, el Emirato Islámico afirmó que «la independencia y la integridad territorial de Afganistán son de máxima importancia» y advirtió a Estados Unidos contra cualquier intento de repetir «las experiencias fallidas del pasado».
«Cabe recordar que, en virtud del Acuerdo de Doha, Estados Unidos se comprometió a que «no usará ni amenazará con el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de Afganistán, ni interferirá en sus asuntos internos». (…) En lugar de repetir enfoques fallidos del pasado, debe adoptarse una política de realismo y racionalidad», añadió la nota afgana.
El pronunciamiento se produjo un día después de que Trump, desde su red social Truth Social, exigiera la devolución de la base de Bagram, situada a unos 60 kilómetros al noroeste de Kabul, y advirtiera de represalias si ello no ocurre.
«Si Afganistán no devuelve la base aérea de Bagram a quienes la construyeron, los Estados Unidos de América, ¡PASARÁN COSAS MALAS!», escribió el mandatario.
El republicano añadió que mantienen conversaciones con Afganistán, en el marco de su renovado interés de la última semana por recuperar la base, situada a unos 60 kilómetros al noroeste de Kabul.
El viernes, un alto funcionario talibán, Zakir Jalaly, ya había reaccionado a los comentarios de Trump asegurando que Afganistán está abierto a la cooperación económica y política con Estados Unidos, pero descartó cualquier presencia militar en su territorio. «Afganistán y América pueden tener relaciones económicas y políticas basadas en el respeto mutuo y los intereses comunes, sin que América tenga presencia militar en ninguna parte de Afganistán», escribió en la red social X.
Aunque Trump atribuyó a Washington la construcción de la instalación, lo cierto es que fue levantada en la década de 1950 por la Unión Soviética, que la utilizó como epicentro de su invasión en los años 80.
Tras su retirada y la posterior guerra civil, Estados Unidos la tomó en 2001 y la convirtió en el corazón de su poder militar en Afganistán durante dos décadas.
En su apogeo, llegó a albergar a más de 40.000 personas entre personal militar y contratistas, y funcionó como el principal centro logístico y de operaciones para las fuerzas de la coalición. EFE